El presidente ucraniano, que solo pasará unas horas en Washington, se contentará, por tanto, con una entrevista con Joe Biden junto a la chimenea en el Despacho Oval, antes de una rueda de prensa conjunta, y luego un esperado discurso en el Congreso.

Ambos al frente de un país en guerra en busca del apoyo de Estados Unidos: la llegada de Volodimir Zelenski a Washington recuerda el paso de Winston Churchill por la capital estadounidense en 1941.

“Donde estuvo Winston Churchill hace generaciones, también estará hoy el presidente Zelenski, no solo como presidente, sino también como embajador de la libertad”, dijo el miércoles el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, recordó que su padre era miembro de la Cámara baja en Washington cuando el primer ministro británico se dirigió al Congreso el 26 de diciembre de 1941.

“Es particularmente conmovedor para mí estar presente mientras otro líder heroico se dirige al Congreso”, dijo esta influyente demócrata en un comunicado.

La comparación sin embargo tiene sus límites, en forma y sustancia.

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Churchill pasó tres semanas en Estados Unidos, entre finales de diciembre de 1941 y principios de enero de 2022, por invitación del entonces presidente Franklin D. Roosevelt.

Cuentan los historiadores que esta larga estancia había desgastado los nervios de la primera dama Eleanor Roosevelt, quien no apreciaba las largas conversaciones nocturnas de los dos hombres, entre humaredas de puros y vapores de alcohol.

El personal de la Casa Blanca, algo sorprendido, había cumplido con las exigencias de este huésped que deambulaba a veces en pijama y bata de seda: jerez antes del desayuno, champán francés en el almuerzo, brandy añejo a la hora de acostarse.

Los límites de Zelenski y Biden

Churchill se aventuró a cruzar el océano a pesar de la amenaza de los submarinos alemanes, mientras el viaje del jefe de Estado ucraniano, en avión, se preparó en el mayor secreto y se anunció a último momento.

En el Capitolio, Zelenski sin duda podría respaldar la observación de Churchill poco después del ataque a la base estadounidense en Pearl Harbor.

“Nos enfrentamos a poderes enormes. Son implacables, no tienen escrúpulos”, dijo el primer ministro británico a los legisladores estadounidenses, refiriéndose a la Alemania nazi y sus aliados, en primer lugar Japón.

“Y aquí estamos juntos, defendiendo todo lo que es querido en el corazón de los hombres libres”, declaró también este formidable orador.

Aquí el paralelismo no vale: al llegar a Estados Unidos, Churchill se había encontrado con un país sacudido por el ataque japonés en su propio suelo, e involucrado en un conflicto internacional.

No es así para Zelenski.

Se encontrará con un Biden decidido a apoyarlo pero que dejó muy claro que no enviaría tropas a Ucrania, ni siquiera aviones o misiles de largo alcance.

Aunque el mandatario demócrata de 80 años desea ser comparado con Roosevelt por sus ambiciosas reformas económicas, no quiere, y lo ha dicho varias veces, verse envuelto en una “Tercera Guerra Mundial”.