Se atrevió a lo que pocos periodistas rusos: a denunciar al gobierno de Putin, por lo que arriesgaba 10 años de prisión. Nadie se esperó un desenlace como el que salió a la luz.
Marina Ovsyannikova tiene 44 años y una historia que contar, si es que sale bien librada de la trama en la cual es protagonista.
La productora rusa de televisión laboró en Piervy Kanal, el segundo canal más visto de Rusia, según su hoja laboral. Lo que hizo en contra del gobierno ruso la llevó a la fama, como también a un riesgo inminente.
Recientemente, la mujer cuyo rostro dio vuelta al mundo en plena ofensiva de su país contra Ucrania, volvió a los titulares mundiales.
Su escape del arresto domiciliario y más allá, a la espera de un juicio en su contra, fue consignado por El Mundo de España, entre otros medios mundiales.
7 meses antes declaraba: “Ha sido uno de los días más difíciles de mi vida”. No imaginaba que no sería el único o, cuando menos, viviría al límite otro episodio camino a su libertad.
“No a la guerra”: la ‘afrenta’ a Putin de Marina Ovsyannikova
“No a la guerra, detengan la guerra. No crean en la propaganda, aquí les están mintiendo”, se lee en el cartel sostenido por la periodista rusa, Marina Ovsyannikova, tras irrumpir en la emisión estelar de su noticiario, uno de los más vistos de su país.
Era marzo, durante las primeras semanas de la invasión rusa a Ucrania. “Entiendo que es muy difícil… buscar información alternativa, pero necesitas ir por ella”, justificó la también productora de la franja informativa.
En conversación con la BBC, reconoció que la ventana a su protesta tendría que ser distinta, a fin de evitar el encierro, como ocurrió con otros cientos de sus compatriotas.
“Era consciente de que si protestaba en la plaza central (en Moscú), habría sido arrestada como todos los demás, arrojada a una caravana y procesada en un juicio”, aseguró.
A más de dos meses de su irrupción en el informativo fue detenida en julio pasado por las autoridades rusas, que la acusaron de injurias al Ejercito ruso y organizar un evento público sin autorización.
De todas formas, el juicio llegaría a su vida, pero sin que nadie previera el desenlace de los últimos días. El pasado 11 de agosto y tras varias audiencias, un juez le otorgó una medida sustitutiva a su arresto.
“El tribunal satisfizo la solicitud de la fiscalía para decretar arresto domiciliario como medida cautelar a Marina Ovsyannikova”, decían los informes oficiales. Una multa de 500 dólares. Su registro, antes de su arresto y procesamiento, fue anotado por las autoridades rusas.
La medida quedaría vigente hasta el 09 de octubre, pero ella tenía un plan.
El gran escape de Marina Ovsyannikova
Someterse a juicio, arriesgando entre 10 y 15 años de prisión, o escapar: fueron los dilemas a los que se enfrentó Marina Ovsyannikova. Evidentemente, decantó por el segundo.
“Ovsyannikova salió de Rusia con su hija unas horas después de abandonar el piso donde estaba bajo arresto domiciliario”, consignaban en El País, las palabras de su abogado, Dmitry Zakhvatov.
Era el pasado lunes 17 de octubre cuando las declaraciones salieron a la luz. Pero, dos semanas antes, el Kremlin puso un cartel de búsqueda de la productora y periodista.
Lo anterior, denota que desde inicios del presente mes ella no fue ubicada más en el domicilio donde cumplía su arresto.
“Esa perra debería ser encarcelada”: Colega de Ovsyannikova y Director de RT
Desde antes de su arresto, la periodista Marina Ovsyannikova no ocultó lo difícil que se volvió su situación, debido al escarnio público, incluso de los colegas leales a Putin.
“¡Esa perra debería ser encarcelada al menos por 10 años!”, citó El Mundo a Anton Krasovski, director de la cadena RT.
El comunicador de la cadena incondicional al presidente ruso emitió su descargo, amparado en los dichos de su “jefa”, identificada como propagandista mayor Margarita Simonyan: “Nosotros ponemos en la calle a quienes comentan traición o robo”.
Ovsyannikova sabía que tenía su futuro judicial cuesta arriba y decidió escapar, tras una comparecencia a tribunales que se volvió una cobertura mediática de índole internacional.
La mujer, hija de padre ucraniano, no se retractó de sus palabra, pese a las consecuencias.
“Ha sido uno de los días más difíciles de mi vida”, reconoció en un momento del proceso, en referencia a la decisión de protestar por los que no podían hacerlo y por otros más, que no querían.
“Los rusos están ‘zombificados’ por la propaganda”, aseguró, sosteniendo que no actuó por ordenes superiores enemigas, como lo dijo el Kremlin.
¿A dónde está Marina Ovsyannikova?
El paradero de Marina Ovsyannikova y la forma en la que burló a las autoridades rusas sigue siendo un misterio. Su abogado se limitó a decir que ella y su hija “están en Europa”.
No se tiene conocimiento de la hora exacta en la que la periodista rusa aprovechó el descuido de la vigilancia fuera de su domicilio en Moscú, para escapar rumbo a la libertad y sin riesgo de encarcelamiento por más de una década.
Su defensor se limitó a asegurar que tanto ella como su hija “están bien, están esperando para hablar públicamente, pero por el momento no es seguro”.
Medios como HuffPost también citaron al letrado, interceptado por la prensa, interesada en saber más detalles del escape de la mujer y su hija.
(Se encuentra) “bajo la protección de un estado europeo. Puede resultar ser un problema”, si es que se revelaban más detalles, insistió Dmitry Zakhvatov.
En las semanas previas a su arresto, la mujer estuvo en Alemania para difundir su mensaje en contra de la invasión a Ucrania, pero decidió volver a territorio ruso, en un acto por el que la calificaron de heroína.
Por hoy, su futuro parece menos incierto que la realidad judicial que enfrentó en Rusia.