Raquel Garrido es una trotamundos y tertuliana televisiva que pasó de exiliarse del Chile de Augusto Pinochet a convertirse en una de las diputadas más conocidas de la recién formada Asamblea Nacional francesa.

Nacida en 1974 en Valparaíso, Raquel Garrido ocupa desde esta semana uno de los 75 asientos del partido izquierdista la Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, el tercero más numeroso del Palais de Bourbon, detrás de la formación del presidente Emmanuel Macron y de la ultraderecha de Marine Le Pen.

“Mi presencia en la Asamblea es normalizar algo que podía haber pasado mucho antes y que no había sucedido por ser inmigrante”, cuenta a EFE la abogada, antigua vicepresidenta de SOS Racismo en Francia y metida en política francesa desde inicios de los 90.

Hija de militantes de izquierda que tuvieron que huir de Chile después del derrocamiento de Salvador Allende y la instauración de la dictadura de Pinochet en 1973, Garrido se instaló, con menos de un año, en Toronto (Canadá) y, más tarde, en Montreal.

De allí, cuando tenía 14 años, cruzó en 1988 el charco hasta Francia. Sin embargo, tuvo que esperar hasta los 25 para lograr la nacionalidad. “Los estorbos para lograrla fueron terribles, siempre me pedían algo más”, recuerda.

Finalmente, lo consiguió por su matrimonio con Alexis Corbière, otro de los nombres fuertes de LFI, que acaba de ser reelegido diputado con casi un 63 % de votos, un récord en las legislativas de junio.

Raquel Garrido: “Tengo la impresión de que nada me puede matar”

Los dos, con tres hijos en común, han sido objeto de varias polémicas mediáticas, la última de ellas nada más acabar las legislativas del 12 y 19 de junio.

Un artículo del conservador “Le Point” aseguró que la pareja empleaba a una inmigrante sin papeles para las tareas domésticas, un asunto que ha acabado por una rectificación del medio y con una demanda por difamación.

“Ya he vivido otros ataques antes y tengo experiencia. Tengo la impresión de que nada me puede matar”, refiere la parlamentaria.

Previamente, la pareja Garrido-Corbière había estado en el ojo del huracán por haber ocupado una vivienda de protección social en París hasta 2017.

Hoy residen en una modesta casa en Bagnolet, una ciudad dormitorio del empobrecido departamento de Seine-Saint-Denis, feudo “melenchonista”.

Tertuliana en Prime Time

La pomposa Asamblea francesa ya resultaba un lugar familiar para Garrido, donde llegó “a pasar noches” trabajando con diputados de la izquierda durante las últimas décadas.

Hoy es ella la que se sienta en uno de los 577 escaños del Parlamento francés más sui géneris que se recuerda, abocado a pactar a falta de una mayoría absoluta perdida por la formación de Macron.

“Nadie me puede reprochar ser la mujer ‘de’. Se me conoce por mi trayectoria, independientemente de Alexis (Corbiére), no hay espacio para el nepotismo”, aclara.

Garrido es un rostro familiar para muchos franceses. En los últimos años, ha sido tertuliana de uno de los programas más populares del país, el humorístico “Balance ton post!”, dirigido por Cyril Hanouna.

“Fue una experiencia muy interesante. Pasé a hablar con gente que no se interesa por la política o que odia a los políticos, al final esa clase de personas son las más importantes en una democracia disfuncional como la nuestra”, analiza.

Garrido y sus fuertes vínculos con Chile

Garrido sudó para lograr su escaño por la quinta circunscripción de Seine-Saint-Denis. Lo logró el 19 de junio al término de una tensa campaña en la que llegó a ser atacada con gases lacrimógenos.

Derrocó a Jean-Christophe Lagarde, un barón conservador que llevaba 20 años como diputado.

“Los ataques me sucedieron porque me fui a meter en espacios de poder donde se esperaba que yo no entrara”, asevera.

La diputada no es la única chilena de la actual Asamblea francesa. Rodrigo Arenas se estrenó también con un asiento por LFI por la circunscripción de París.

Se da la casualidad de que los dos nacieron el mismo año de 1974, en la misma Valparaíso, pero con un día de diferencia.

Garrido guarda aún fuertes vínculos con Chile -sus padres viven allí-, así como con el resto de Latinoamérica. Lamenta que los últimos presidentes de Francia hayan dado la espalda a la región

“Sarkozy, Hollande y Macron son presidentes con muy poca visión internacional, siempre pendientes de lo que decía Washington”, critica.

Para la parlamentaria, ningunear a Latinoamérica es “un error estratégico”, pues, subraya, la mayor frontera de Francia es con Brasil, 2.000 kilómetros a través de la Guyana francesa.