Varios opositores bielorrusos, entre los que se encuentran Serguéi Tijanóvski, un popular videobloguero cuya esposa Svetlana Tijanóvskaya encabeza las protestas contra el régimen, empezaron a ser juzgados este jueves en una prisión del sureste del país.

Tijanóvski, el líder histórico de la oposición, Mikola Statkevitch, es acusado de “preparar el desorden en masa” y de “incitación al odio”.

Su juicio se está celebrando en el centro de detención de Gomel, donde Tijanóvski ha estado encarcelado desde hace un año. A sus familiares no se les permite asistir al proceso.

La ONG bielorrusa Viasna difundió un video de la llegada de los seis hombres a la audiencia, con las manos esposadas a la espalda. Fueron instalados en dos salas diferentes y asistirán ante la instancia metidos en una jaula.

Al llegar, Statkevitch gritó “Viva Bielorrusia”. Esta fue la consigna de la oposición durante las manifestaciones del verano contra la reelección considerada fraudulenta del presidente Alexander Lukashenko, que respondió con represión.

“Serguéi fue arrestado el 20 de mayo de 2020. Todos entienden que esto no es un juicio, sino una venganza personal de quien se ha apoderado”, señaló Svetlana.

Opositor detenido

El opositor fue detenido mientras hacía campaña para las elecciones presidenciales de agosto de 2020. Esto, tras darse a conocer a través de videos en los que denunciaba la corrupción y al presidente Lukashenko.

Otros candidatos de la oposición también fueron apresados, pero Lukashenko autorizó la candidatura de Svetlana Tijanóvskaya, burlándose de ella.

Pero dio la sorpresa al aliarse con otros candidatos y movilizar multitudes nunca vistas.

El anuncio de la reelección de Lukashenko con el 80% de los votos desató un movimiento de protesta. Decenas de miles de personas a la calle antes de ser reprimidas gradualmente, mientras que Svetlana Tijanóvskaya se vio obligada a exiliarse.

El martes, se pidieron 15 años de prisión contra otro excandidato a la presidencia, Viktor Babariko. Esto, considerado en su arresto como el competidor más serio ante el jefe de Estado.