Dos personas resultaron heridas por al menos dos personas con armas blancas en París este viernes, en la calle Nicolas Appert, cerca de la antigua sede de Charlie Hebdo. Ambos sospechosos habrían ya sido detenidos, aunque no se descarta que haya más atacantes.

Esta agresión coincide con el juicio por el atentado contra Charlie Hebdo, que se abrió a inicios de mes, en el que catorce personas están siendo juzgadas por un tribunal especial de París por el presunto apoyo brindado a los autores materiales del ataque, que murieron tras el atentado.

Uno de los presuntos agresores, quien llevaba rastros de sangre, había intentado huir en metro, pero fue detenido en el metro Bastilla, según FranceInfo. Según News Paris, ya habría confesado los hechos.

Las autoridades revisaron a la baja el número de heridos e indicó que se trata de dos y no de cuatro, quienes habrían sido agredidos con un cuchillo carnicero de punta aguda. Al menos uno de los heridos es sería un periodista de la agencia de prensa Premières Lignes.

Los heridos se encuentran en estado muy grave pero fuera de riesgo vital, indicó por su parte la policía de París.

Tras la agresión, la fiscalía nacional antiterrorista anunció que abrió una investigación por “intento de asesinato vinculado a un acto terrorista” y “asociación criminal terrorista”.

El canal de televisión local BFM reportó que se puso un cerco de seguridad en el perímetro y que varias escuelas, guarderías, estaciones de metro y residencias para personas mayores fueron cerradas en las cercanías como medida de precaución. Miles de niños quedaron confinados.

Además, aunque inicialmente se reportó el envío de un dispositivo explosivo, pero el lugar fue revisado y no se encontró ningún artefacto sospechoso.

Alain Jocard | Agence France-Presse

Pese a que Al Qaida amenazó con un nuevo atentado como el perpetrado el 2015 luego que la revista rechazara dejar de publicar caricaturas de Mahoma, aún nadie se ha adjudicado el ataque. Estas amenazas “constituyen una verdadera provocación en pleno juicio de los atentados de 2015”, afirmó el director de la publicación, Riss, en una declaración a la AFP.

El martes, una responsable de la revista, Marika Bret, reveló que tuvo que abandonar su domicilio tras recibir amenazas de muerte que la policía consideró creíbles.

Alain Jocard | Agence France-Presse

Tras el ataque del 7 de enero de 2015, en el que murieron 12 personas, incluyendo algunos de los caricaturistas más célebres de Francia, la revista se mudó a otros locales, cuya dirección se mantiene en secreto.

El primer ministro, Jean Castex, y el ministro del Interior, Gérald Darmanin, se dirigieron de inmediato al ministerio del Interior, donde se abrió una célula de crisis.

Escenas de pánico

“Dos colegas estaban fumando un cigarrillo abajo del edificio, en la calle. Escuché gritos. Fui a la ventana y vi a uno de mis colegas, cubierto de sangre, y a un hombre con un machete persiguiéndolo”, contó a la AFP una empleada de la agencia de prensa y producción Premières Lignes, ubicada en la misma calle.

“Salimos a almorzar a alrededor del mediodía. Cuando llegamos al restaurante la dueña se puso a gritar “¡váyanse!, ¡váyanse!, ¡hay un ataque!… Salimos corriendo y nos encerramos dentro de nuestro local con varios clientes”, contó a la AFP Hassani Erwan, un peluquero ubicado en la zona.