El chileno Rodrigo Lanza fue condenado este miércoles a 20 años de cárcel luego de que fuera declarado culpable por el asesinato de Víctor Laínez a la salida de un bar en Zaragoza, España.

Lanza fue condenado por “asesinato por motivos ideológicos con el atenuante analógica de leve embriaguez”, explicó Enrique Trebolle, abogado de la víctima, a El Mundo de España.

El asesinato es conocido en España como “el crimen de los tirantes”, que se remonta a diciembre del 2017.

El hecho ocurrió en el bar llamado El Tocadiscos, donde se encontraba la víctima en la barra. Lanza lo increpó por llevar tirantes con la bandera de España, a lo que Laínez habría respondido apelando a la nacionalidad de Lanza y aduciendo “que no debería estar ahí”.

Tras una discusión, Lanza golpeó a la víctima, lo que posteriormente provocó su muerte.

La víctima fue internada en un hospital de Zaragoza, donde permaneció con el diagnóstico de “muerte cerebral”, siendo desconectado días después, luego de que los médicos consideraran que una recuperación era imposible.

“Estamos muy satisfechos, es una recompensa al trabajo realizado. Sinceramente, se ha hecho justicia”, asegura el abogado de la víctima.

Antecedentes

Pero este no era la primera situación criminal en la que se veía envuelto Rodrigo Lanza. El chileno fue condenado 4 años de prisión, tras dejar tetrapléjico a un policía en Barcelona al agredirlo con una piedra durante una manifestación, en 2009.

Según consigna ABC.es, “Rodrigo Lanza se curtió en la radicalidad okupa, pero viene de cuna acomodada, favorecida por la posición de su abuelo golpista”.

Cuando se refieren a su abuelo golpista, hablan de “un oficial chileno estrecho colaborador del dictador Augusto Pinochet y alto cargo del régimen de corte fascista que instauró”.

“Años después del fin de la dictadura, la hija del almirante y madre de Rodrigo, Mariana Huidobro, prefirió instalarse en Europa con sus hijos de corta edad; primero Milán, luego Barcelona. Hace tres años, ella se declaró «de izquierda» desde «siempre»”, complementan.

Añaden que Rodrigo Lanza desde su adolescencia perteneció a grupos antisistema.

El Fallo

Junto a los 20 años de prisión, el fallo también determinó una indemnización de 200 mil euros (unos 182 millones de pesos chilenos) para los familiares de la víctima, Víctor Laínez.

Los jueces consideraron que cometió un delito de asesinato con alevosía.

Según la sentencia, replicada por El Mundo:

“Rodrigo volvió a entrar en el local de forma rápida, acometiendo por la espalda a la víctima, quien no tuvo ocasión de defenderse, golpeándole fuertemente con el puño la parte inferior trasera de la cabeza, y como consecuencia del golpe recibido, Víctor Laínez dio media vuelta, tambaleándose, y se cayó al suelo desplomado semiinconsciente, y estando en esa situación, Rodrigo Lanza le dio una patada en la cabeza, e inmediatamente se colocó encima siguiendo propinándole puñetazos en la cara y múltiples golpes, tras lo cual, le dio una patada muy fuerte en la cabeza, y se marchó”

Respecto a la agravante de motivos ideológicos, el fallo expresa lo siguiente:

“Ha quedado claro que el desarrollo de los hechos se inició porque al acusado le comentó su amigo una vez dentro del local de copas, que la víctima que estaba sentada en la barra, era de extrema derecha o neonazi y que en ocasiones llevaba tirantes con los colores de la bandera española, por lo que Rodrigo se acercó a Víctor y tuvieron una conversación que nadie escuchó, pero en la conversación Rodrigo le llamó al segundo, facha y fascista, y que ese era un barrio antifascista, que no querían nazis en el barrio, y que no era bienvenido, y Víctor le llamó sudaca y que debía volver a su país por ser extranjero”

“La condena se produce después de que el caso haya sido juzgado por segunda vez, ya que el primer veredicto fue anulado por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón por falta de motivación del jurado en sus respuestas. Este primer jurado condenó a Lanza a cinco años de prisión por un delito de lesiones en concurso con homicidio imprudente puesto que estimó que no tenía intención de matar a Laínez y que su muerte “no se produjo como consecuencia directa de los golpes que Lanza le propinó sino por el impacto que se dio tras la cabeza al caer al suelo”