El ultraderechista líder de la Liga Matteo Salvini fracasó este domingo en su intento de ganar una elección regional clave y volver al poder en Italia, lo que constituye un duro golpe para el líder nacionalista y xenófobo.

Según las encuestas a boca de urna, la candidata de la Liga perdería ante la izquierda en las elecciones regionales de Emilia Romaña (norte), con las que aspiraba a tumbar al gobierno y pedir elecciones anticipadas.

El presidente saliente de la región, Stefano Bonaccini, del Partido Democrático (izquierda), superaría por entre 48% y 52% de votos a la candidata de la Liga, Lucia Borgonzoni, que obtendría entre 43% y 47%.

El resultado en Emilia-Romaña es crucial para la frágil coalición que gobierna Italia, formada por el PD y el Movimiento 5 Estrellas (M5E, antisistema), que temía que una victoria de la extrema derecha en ese bastión de la izquierda desatara la caída del gobierno.

La participación fue récord, con un 67,1%, casi el doble que en 2014. Se movilizaron sobre todo los votantes de las ciudades, entre ellas Bolonia y Reggio Emilia.

Salvini, que encabeza las encuestas a nivel nacional con el 30% de la intención de voto, soñaba con volver al poder y conquistar con su línea ultraderechista agresiva esa próspera región del norte de la península, gobernada desde la caída del fascismo por la izquierda, orgullo de todo el país por su modelo económico y estilo de vida.

“La Emilia Romaña sigue siendo roja”, tituló el diario local de Bolonia.

La derrota de Salvini va a tener repercusiones políticas y supone un alivio para la coalición gubernamental.

Para muchos editorialistas y politólogos estas elecciones regionales se habían convertido en un “referéndum” a favor o en contra de Salvini y a favor o en contra del gobierno de coalición en el poder.

Vencen las sardinas, desaparecen los antisistema

“Muchas gracias al movimiento juvenil de las Sardinas”, dijeron Romani Prodi, padre fundador del PD, y Nicola Zingaretti, secretario general.

El movimiento espontáneo juvenil, que nació “contra el odio que propaga Salvini”, contribuyó a frenar su ascenso.

La página oficial del movimiento las Sardinas anunció que su tarea concluyó este domingo: “Bajamos el telón, no vamos a fundar un partido”, escribieron.

“Después de 70 años en Emilia Romaña hubo partido. Aquí ganaba siempre la izquierda con porcentajes altísimos”, comentó con su habitual tono polémico Salvini en una conferencia de prensa, en la que confirmó indirectamente su derrota.

El líder derechista se consoló con la clara victoria obtenida en Calabria, en el sur de la península, donde su candidato, Jole Santelli, superó por 20 puntos a su rival de izquierda.

“Por primera vez somos determinantes en el sur”, dijo, al referirse a una región que su partido despreciaba.

Salvini, que recorrió media Italia, inundó las redes sociales y amenazó con desatar una crisis, terminó por “despertar” al electorado de izquierda que estaba desencantado, según el editorialista Claudio Rinaldi de L’Espresso.

El líder ultraderechista enfureció a la izquierda el sábado al romper el silencio preelectoral con un tuit sobre el “aviso de desalojo” que esperaba entregar al gobierno si ganaba.

En el campo contrario, el presidente regional saliente y candidato de la izquierda Stefano Bonaccini hizo campaña elogiando la gestión de la región, con un índice de desempleo del 5,9% (frente al 9,7% a nivel nacional) y un crecimiento del 2,2% en 2018.

Según algunos observadores, el jefe de gobierno Giuseppe Conte y el PD salen reforzados con la victoria de la izquierda, aunque su principal aliado, la formación antisistema el Movimiento 5 Estrellas, queda aniquilado.

“Desaparecieron. Corren el riesgo de extinguirse”, escribió Annalisa Cruzzocrea al hacer un análisis del resultado electoral para el diario La Repubblica.