El Gobierno alemán aseguró este viernes que la canciller alemana, Angela Merkel, está bien de salud y capacitada para cumplir con todas sus obligaciones, después de que este jueves sufriera un episodio de temblores durante un acto oficial en Berlín, por segunda vez en las últimos días.

Las imágenes que se pueden ver de Osaka, donde Merkel está participando en la cumbre del G20, “muestran a una canciller totalmente activa y sana que cumple con su trabajo y con todos los encuentros agendados”, declaró en una rueda de prensa ordinaria Martina Fietz, portavoz adjunta del Ejecutivo.

Todo lo que se puede comentar sobre el episodio de este jueves “ya lo ha dicho el portavoz del Gobierno, Steffen Seibert”, agregó Fietz, quien dijo no poder añadir nada más al respecto.

Seibert dio a entender este jueves que la canciller se encontraba bien al confirmar que el viaje a Japón tenía lugar según lo planeado.



“La canciller Merkel viaja ahora a la cumbre del G20 a Osaka, en Japón”,
escribió el portavoz en su cuenta de Twitter, y apuntó que la líder alemana sostendrá “numerosos encuentros bilaterales con otros jefes de Estado y de Gobierno”.

Según los diarios Stuttgarter Zeitung y Stuttgarter Nachrichten, fuentes próximas al gobierno señalaron que la propia Merkel considera que los temblores de ayer son consecuencia de una reacción psicológica al episodio de espasmos que sufrió la semana pasada durante un acto oficial con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.

“No hay nada de qué preocuparse. El recuerdo del episodio de la semana pasada llevó a la situación de hoy, se trata pues de un procesamiento psicológico” de lo ocurrido entonces, señalaron este jueves las fuentes citadas por estas publicaciones.

Merkel había tratado de restar importancia la semana pasada a las especulaciones desatadas sobre su estado de salud,
después de que se la viera intentando controlar un temblor de manos y piernas mientras recibía a Zelenski, de visita de trabajo en Berlín.

“Estoy bien, me he bebido al menos tres vasos de agua, que parece que me faltaban, ahora me siento de nuevo bien”, dijo más tarde la canciller, que atribuyó su temblor a un problema de deshidratación.