Los socialdemócratas vencieron las elecciones legislativas realizadas el miércoles en Dinamarca, impulsados por una marea “verde” y el hundimiento de la derecha anti inmigrantes, y el primer ministro presentará el jueves la renuncia de su gobierno.

Considerados ya favoritos desde los días previos a las elecciones, los socialdemócratas registraron una baja marginal con relación a su resultado de 2015 pero terminaron al frente del escrutinio con el 25,9% de los votos, de acuerdo con resultados ya prácticamente definitivos.

Además, se beneficiaron de un leve repunte de otros partidos aliados de la centroizquierda para conquistar en conjunto 91 de las 179 bancas del Parlamento.

Uno de esos aliados, el Partido Popular Socialista (considerado el principal partido ecologista de Dinamarca), duplicó su representación parlamentaria, con el 7,7% de los votos.

“Parece que los daneses han votado en favor de la esperanza, del clima, de los niños y del futuro”, dijo la presidenta de los socialistas, Pia Olsen Dyhr.

En tanto, los partidos de la derecha aliados a los liberales del primer ministro Lars Løkke Rasmussen conquistarían 79 u 80 plazas, de acuerdo con las proyecciones.

ARCHIVO | Agence France-Prese
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Gobernar en minoría

Los socialdemócratas,que rechazaron los llamados del primer ministro liberal para formar un gobierno entre los dos bloques, podrían colaborar con la derecha en las cuestiones migratorias, y con la izquierda en otros asuntos.

Un aspecto que llama la situación de lo ocurrido en Dinamarca y la centro izquierda, es que bajo el mando de Mette Frederiksen, los socialdemócratas se han plegado a un política de austeridad migratoria, impulsada por movimientos de ultraderecha.

“El sistema de asilo actual se ha derrumbado. Para controlar la afluencia y asegurar que se ahogue menos en el Mediterráneo, Dinamarca, de preferencia junto con otros países de la UE, debe establecer un centro de recepción fuera de Europa”, dijo Frederiksen, consignó diario El País de España.

Incluso, durante la última legislatura, los socialdemócratas apoyaron varias medidas controvertidas del gobierno danés, como requisar los objetos de valor (como joyas) a los migrantes, prohibir la burka y el niqab en lugares públicos, la obligación de estrechar las manos entre hombres y mujeres para obtener la ciudadanía o enviar a una isla a los migrantes con antecedentes criminales.

Medidas que Frederiksen consideró clave para su victoria del miércoles, declaró tras conocerrse los resultos.

“Los votantes que nos dejaron estos años atrás, que pensaban que nuestra política migratoria era la equivocada, han vuelto”,
expresó la líder socialdemócrata.

Además, el año pasado, la dirigente propuso devolver a todos los migrantes “no occidentales” a campamentos en África, mientras esperaban el tratamiento de su solicitud de asilo.

“Con su línea dura sobre los extranjeros, Mette Frederiksen ha anestesiado al DF (Partido Popular Danés
de ultraderecha)”, considera la analista Anja Westphal, de la televisión pública DR.