Los laboristas holandeses daban la sorpresa este jueves según los sondeos en el inicio de las elecciones al Parlamento Europeo, que arrancaron también con el voto en el Reino Unido, y que se extenderán hasta el domingo con el pronóstico de un importante avance de los euroespécticos.

Según las primeras estimaciones difundidas por la noche en Holanda, el partido laborista holandés (PvdA, izquierda pro-europea) logró una victoria inesperada y ajustada con el 18,1% de los votos, por delante de los populistas de Thierry Boudet y los liberales (VVD) del primer ministro Mark Rutte.

El PvdA, del vicepresidente de la Comisión Europea Frans Timmermans, lograría 5 de los 26 escaños que pertenecen a los representantes holandeses en el Europarlamento, según las estimaciones de la firma Ipsos para la televisión pública holandesa NOS.

El Partido de la Libertad (VVD) obtendría cuatro bancas con 15% de los sufragios y los populistas del Foro de la Democracia (FvD) de Boudet conseguirían tres con el 11%,
de acuerdo con la misma fuente.

“Me doy cuenta que por todas partes en Europa hay una necesidad de otra Europa, de una Europa que luche mucho más contra el cambio climático. Una Europa que ve que debemos colaborar más juntos a nivel social”, declaró Timmermans poco después de darse a conocer esas primeras estimaciones.

En total, más de 400 millones de electores en 28 países de la Unión Europea (UE) están llamados a las urnas para designar a sus 751 representantes. La mayoría votan el domingo y los resultados no comenzarán a anunciarse oficialmente hasta esa noche.

Checos e irlandeses irán a las urnas el viernes y el sábado lo harán letones, malteses y eslovacos.

En Reino Unido, donde hasta hace poco nadie imaginaba participar en unas elecciones al Parlamento Europeo casi tres años después de decidir abandonar el bloque por referéndum, la campaña estuvo monopolizada por el Brexit.

A la salida de un colegio electoral en Twickenham, al suroeste de Londres, Neil Rodford, de 49 años, dijo a la AFP haber optado por una formación partidaria de abandonar la UE pese a que en el referéndum de 2016 votó contra el Brexit.

“Hoy, de algún modo invertí mi decisión” por una cuestión de principios, “creo que una vez que el país tomó la decisión de irse, deberíamos haberla ejecutado”, explica.

Para otros, estas elecciones eran un modo de oponerse al movimiento antieuropeo pero varios ciudadanos de otros países de la UE denunciaron que no les permitieron votar pese a estar censados en Reino Unido. Las autoridades electorales británicas calificaron estos casos como “malentendidos”.

El país debía haber salido de la UE el 29 de marzo, pero ante el rechazo del Parlamento al acuerdo firmado por la primera ministra Theresa May con Bruselas, hubo que prolongar el proceso hasta el 31 de octubre a más tardar.

May sigue determinada a no enviar a los eurodiputados británicos a Estrasburgo cuando se forme la nueva Eurocámara a principios de julio.

Pero para ello necesitaría que el Parlamento de Westminster aprobase su nueva propuesta, cuya votación, prevista para principios de junio, tuvo que posponer el jueves tras las duras críticas emitidas por unos conservadores euroescépticos cada vez más determinados a empujarla a dimitir.