La ciudad italiana de Nápoles teme un nuevo ciclo de ajuste de cuentas mafioso después de una serie de asesinatos, que dejaron en total seis muertos entre el jueves y el sábado, informaba el domingo la prensa italiana.

El sábado al amanecer, en un club cerca de la costa, un hombre de 29 años fue asesinado de diez balazos.

Unas horas más tarde, un hombre de 44 años y su sobrino de 23 años fueron abatidos por una ráfaga de arma automática, cuando circulaban con su moto en una calle muy frecuentada de la periferia de Nápoles.

El jueves, un empresario de 72 años fue encontrado muerto en su coche, con el cuerpo cosido a balazos, mientras que otro hombre de 50 años y su hijo de 30 fueron abatidos delante de una decena de testigos en un puesto de tabaco.

“Una verdadera carnicería”, siempre según el modus operandi de la Camorra, la mafia napolitana, concluyen varios periódicos. Una serie de asesinatos a un ritmo que no se veía desde 2004, insiste Il Messaggero.

Los investigadores sin embargo no precisaron aún ningún vínculo entre los diferentes asesinatos, aunque todas las víctimas parecían tener relación con uno u otro de los múltiples clanes camorristas. En el caso del hombre abatido en un club, el motivo del asesinato podría ser una reyerta del día anterior.

El alcalde de la ciudad, Luigi de Magistris (izquierda), denunció la falta de voluntad por parte del Estado en ayudar a Nápoles a hacer frente a esta epidemia.

“Las armas no tienen que tomarlas los alcaldes y los curas, sino las fuerzas del orden y la magistratura, que en Nápoles trabajan bien y hacen enormes sacrificios”, declaró.

“El problema es que la cantidad y la calidad de energía extra prometida por el gobierno nunca llegó”, insistió.