El autor del atentado suicida de Manchester, Salman Abedi, de 22 años, era un joven británico de ascendencia Libia que se crió en un contexto familiar yihadista y se movió por sed de venganza.
Abedi era conocido por los servicios de inteligencia británicos y pertenecía a la organización del Estado Islámico (EI), dijo su hermano menor Hashem, arrestado el martes en Libia e interrogado por los servicios libios.
Salman nació en Manchester, la tercera ciudad más grande del Reino Unido, que alberga una gran comunidad Libia.
Su padre Ramadán fue miembro del Grupo Islámico Combatiente Libio (GICL), muy activo en la década de los 90, y hostil al régimen de Muamar Gadafi, según un oficial de seguridad libio.
Perseguido por el régimen de Gadafi, al igual que los otros miembros del GICL, Ramadán Abedi encontró refugio en el Reino Unido, primero en Londres y luego en Manchester, donde la familia se instaló en un modesto barrio, Fallowfield.
Los Abedi asistían a la mezquita local de Didsbury. Ramadán realizaba el llamado a la oración y uno de los hermanos Abedi, Ismael, de 23 años, había sido voluntario en la mezquita.
Ismael fue el primer detenido en el Reino Unido por el atentado.
Salman empezó en 2014 estudios de comercio y gerencia en la Universidad de Salford, en el área metropolitana de Manchester, pero abandonó al cabo de un año.
Era “más bien distante”, dijo a la Agence France-Presse un portavoz de la comunidad libia de Manchester, Mohamed Fadil.
“La gente sabía que tenía problemas de comportamiento, no era respetuoso ni educado, sino introvertido y muy extraño. En la comunidad se decía que bebía alcohol y fumaba hierba”, aseguró.
Un amigo apuñalado
“Oí la reacción de su padre después del ataque, se enojó y dijo ‘no es mi hijo"”, aseguró, Fadil, que cree que la radicalización del joven ocurrió en Libia.
Uno de los motivos de Abedi pudo haber sido el deseo de venganza por la muerte en mayo de 2016 de un amigo apuñalado por un grupo de jóvenes británicos, según un pariente en Trípoli.
“Este incidente despertó una sensación de enojo entre los jóvenes libios en Manchester y especialmente en Salman, quien expresó claramente su deseo de venganza”, dijo a la Agence France-Presse este allegado que ahora vive en Libia.
“Logramos calmar a los jóvenes del vecindario que se sintieron atacados, pero parece que Salman no olvidó el incidente”, agregó.
Según los medios de comunicación británicos, el presunto amigo de Salman, Abdul Wahab Hafidah, fue perseguido y luego asesinado por un grupo de jóvenes, cuyo juicio está en curso.
Su hermana Jomana, interrogada por el Wall Street Journal, dio otra explicación para su sed de venganza: “vio a niños -niños musulmanes- muriendo en el mundo y quería vengarlos“.
“Vio las bombas que Estados Unidos dejó caer sobre los niños en Siria y quería vengarlos”, añadió.
Cuatro días antes del atentado, según un miembro de la familia que también vivió en Manchester, Salman Abedi estaba en Libia.
“Su padre quería que se quedara en Libia”, pero “Salman insistió en volver a Manchester”, dijo, bajo anonimato.
Ramadán Abedi regresó a su país en 2011 para unirse a los rebeldes que lucharon contra Gadafi y acabaron derrocándolo, según medios británicos.
Según el diario de Wall Street, Salman le acompañó.
Seis años después de la rebelión, Libia se hunde en el caos y el grupo del Estado Islámico, que reivindicó el ataque, prosigue su implantación en el país, pese a los reveses sufridos recientemente en Sirte, en el norte.