El funeral solemne del sacerdote católico asesinado hace una semana por dos yihadistas en su iglesia del noroeste de Francia, tendrá lugar la tarde del martes en la catedral de Ruán con medidas de alta seguridad.

Más de 2.000 personas, en el interior de la catedral gótica, y centenares en el exterior, son esperadas para rendir homenaje al padre Jacques Hamel de 85 años, degollado cuando estaba celebrando una misa matinal para cinco feligreses en su iglesia de Saint Etienne du Rouvray, un municipio de la aglomeración ruanesa, ubicado al noroeste de Francia.

AFP
AFP

Esta muerte, cargada de símbolos, ejecutada a sangre fría por dos jóvenes franceses de 19 años en nombre de Estado Islámico (EI), causó conmoción en Francia, entre los cristianos y en toda la población. Numerosos musulmanes rechazaron un acto tan bárbaro. El padre Jacques Hamel era conocido localmente sobre todo por su implicación personal en el diálogo interreligioso con los musulmanes de esta ciudad normanda de 28.000 habitantes.

Este atentado, el último de una larga serie que enluta a Francia desde hace año y medio, fue cometido doce días después de la matanza de Niza  perpetrado por un yihadista al volante de un camión después de los tradicionales fuegos artificiales del 14 de julio, en el Paseo de los Ingleses.

Con unas condiciones de seguridad muy estrictas, la ceremonia se celebrará a partir de las 12:oo horas chilenas, en presencia del ministro de Interior y de los Cultos, Bernard Cazeneuve, y de las autoridades locales y regionales.

Una pantalla gigante será instalada en el exterior de la catedral para que el público pueda seguir la ceremonia.

El padre Hamel, oriundo del norte de Francia, no será inhumado en Ruán sino en la más estricta intimidad familiar y en un lugar no precisado, según sus allegados.

Iglesia cerrada varias semanas

Su iglesia de Saint Etienne du Rouvray, donde había oficiado cerca de medio siglo y escenario del sórdido asesinato, permanecerá cerrada varias semanas, según la diócesis, hasta que un “rito penitencial de reparación” permita la reapertura y reanudación del culto después de la profanación.

Estas exequias se celebran dos días después de que centenares de musulmanes acudieran a las iglesias de Francia para rezar con católicos en las misas dominicales, en señal de “solidaridad” y “esperanza”. El propio papa Francisco reaccionó después del atentado y rechazó la amalgama entre Islam y violencia.

Acusados

Los dos responsables del ataque, Adel Kermiche y Abdel Malik Petitjean, que vivían a 700 km de distancia y se conocieron sólo unos días antes en una mensajería de internet, fueron abatidos por la policía unos minutos después de la toma de rehenes en la iglesia.

Los representantes de la comunidad musulmana de Saint Etienne du Rouvray, donde vivía Adel Kermiche, anunciaron su negativa a organizar la inhumación del joven.