La presidenta de la Cámara Baja de EE.UU., la demócrata Nancy Pelosi, aseguró este miércoles que Donald Trump “debe irse” ya que es “un peligro claro y presente” para el país, en el debate previo a la votación de un nuevo juicio político contra el mandatario, acusado de “incitación a la insurrección”.

“Sabemos que el presidente de EE.UU. incitó esta insurrección, esta rebelión armada contra nuestro país común. Debe irse. Es un peligro claro y presente para la nación que todos amamos”, sostuvo Pelosi poco antes de la votación, que se espera apruebe el juicio político gracias a la mayoría demócrata en la Cámara Baja.

Estados Unidos vive unos momentos de tensión política sin precedentes recientes después del violento asalto al Capitolio por una turba de seguidores de Trump y a menos de una semana de que se lleve a cabo la ceremonia formal de traspaso de poder, prevista para el 20 de enero, en la que el demócrata Joe Biden asumirá la Presidencia.

“Desde la elección presidencial de noviembre, una elección perdida por el presidente, (Trump) mintió repetidamente sobre el resultado” buscando sembrar dudas sobre el proceso electoral, dijo Pelosi. Además “inconstitucionalmente procuró influir en funcionarios estatales” para anular la victoria de Biden, afirmó.

Por su parte, varios legisladores republicanos se han opuesto a la medida al asegurar que iba en contra de los llamados a la unidad en los difíciles momentos que atraviesa el país. “Este no es el camino si queremos recuperar la unidad. Es momento de buscar la curación. Paremos este juicio político”, replicó Jeff van Drew, legislador republicano por Nueva Jersey.

El mandatario saliente criticó el nuevo juicio político en su contra como algo “absolutamente ridículo” y “una continuación de la mayor caza de brujas de la historia de la política”.

Todo ello a menos de una semana de que se lleve a cabo la ceremonia formal de traspaso de poder, prevista para el 20 de enero, en la que el demócrata Joe Biden asumirá la Presidencia.

Las autoridades han efectuado ya un enorme despliegue policial en Washington, con más de 10.000 efectivos, y levantando vallas en torno al Capitolio, en cuyas escalinatas se llevará a cabo la ceremonia de investidura, para evitar las escenas de la caótica jornada del pasado miércoles que dieron la vuelta al mundo.