El fuego sigue arrasando este sábado el norte de California en torno a San Francisco, favorecido por condiciones climáticas que hacen prever vientos y tormentas eléctricas el domingo.

El foco más grande de la región, el denominado Complejo Relámpago LNU (al norte de San Francisco), es ahora el segundo incendio más devastador en la historia de California, con más de 127.000 hectáreas destruidas.

Unos 2.600 bomberos avanzaron en su lucha contra el incendio el viernes y el desastre ahora logró controlarse en un 15%, contra un 7% del viernes por la mañana, según el departamento de bomberos de California, CalFire.

Aunque hasta ahora cubría principalmente zonas deshabitadas, el LNU ya ha destruido 565 edificaciones y ha causado la muerte de cuatro personas.

Los dos mayores focos arrasaron en total unas 240.000 hectáreas en todo el estado, según autoridades. El fuego se desató durante la semana tras 72 horas de tormentas eléctricas con más de 12.000 rayos.

Llamas voraces

Superan los 300 los focos en todo el estado, incluyendo más de una veintena considerados de gran magnitud, lo que llevó al gobernador pidió ayuda internacional para combatir las llamas.

Algunos de los mayores incendios en el estado arrasaban esta región obligando a evacuar a decenas de miles de personas

Muchos de los casi 119.000 evacuados han tenido dificultades para encontrar refugio y son reticentes a ir a los albergues dispuestos por las autoridades temerosos de contraer el coronavirus.

Al sureste de San Francisco, otro incendio, el complejo SCU, no lejos de San José, también avanzaba con más de 118.000 hectáreas consumidas, favorecido por el calor en la región. El viernes por la noche había sido contenido en un 10%.

Altas temperaturas

La situación se suma a una tremenda ola de calor, con temperaturas históricas que llegaron a los 54,4°C en el Valle de la Muerte, y a la crisis sanitaria por el coronavirus.

“Simplemente no hemos visto nada parecido en muchos, muchos años”, dijo el viernes el gobernador de California, Gavin Newsom.

Las bodegas en la afamada zona vitivinícola de Napa y Sonoma, que aún no se recuperan de incendios de años anteriores, están amenazadas por el Complejo SCU, que figura entre los diez mayores incendios de los que se tiene registro.

Las reservas naturales también han sido arrasadas. El parque estatal Big Basin Redwoods informó que algunos de sus edificios históricos habían sido destruidos por las llamas.

El parque, que contiene árboles de más de 500 años de antigüedad, resultó “extensivamente dañado”, agregó.

Alerta máxima

El subdirector de Cal Fire, Daniel Berlant, dijo que se habían logrado algunos avances en la contención de las llamas.

Agregó que se espera que las temperaturas bajen levemente el fin de semana, pero que existe la posibilidad de más rayos en la noche del domingo.

“Podríamos volver a experimentar una tormenta eléctrica, por lo que nos mantendremos en alerta máxima”, dijo Berlant.

Residentes en los condados de San Mateo y Santa Cruz optaron por dormir en remolques que aparcaron en estacionamientos o playas a lo largo de la costa del Pacífico.

También se instó a los turistas de la zona a abandonar los hoteles o casas de alquiler.

Piden ayuda

Brigadas de bomberos, equipos de vigilancia y rescatistas llegaban de varios estados, incluidos Oregón, Nuevo México y Texas, dijo Newsom.

Pero ante las enormes dimensiones del desastre, también se pidió ayuda a Canadá y Australia, que según dijo tenían “los mejores bomberos del mundo”.

Tras criticar a Donald Trump por las amenazas del mandatario de retirar fondos a California para el combate de incendios alegando una mala gestión forestal, Newsom reconoció no obstante el viernes la buena disposición del presidente ante la emergencia.

“No he hecho ni una sola llamada telefónica al presidente en la que no haya respondido rápidamente, y en casi todos los casos ha respondido favorablemente…”, dijo.

En San Francisco, las autoridades urgieron a los residentes a permanecer en sus casas y emitieron una alerta para siete condados al menos hasta el domingo debido a la calidad del aire.

“Los varios complejos ígneos alrededor de la zona de la bahía y la costa central mantendrán los cielos brumosos y ahumados, al menos en el corto plazo”, dijo el Servicio Nacional de Meteorología.