Aunque la investigación aún está en curso, siguen sumándose los antecedentes en contra de la compañía Boeing como -al menos- parcialmente responsable en los fatales accidentes que involucraron a dos naves 737 MAX, de su fabricación.

Primero fue la revelación de que la firma estadounidense tuvo planes de emitir una advertencia por posibles fallos en sus instrumentos tras la caída del vuelo de Lion Air en Indonesia el 29 de octubre pasado, que mató a 189 personas. Luego, que la Administración Federal de Aviación (FAA) de EEUU permitió a la empresa realizar ella misma las pruebas de seguridad del nuevo modelo lanzado en 2017, proceso que, según The Seattle Times, arrojó serias deficiencias.

Ahora, un reporte del New York Times detalla que tanto el vuelo de Lion Air como el de Ethiopian Airlines, que cayó este 10 de marzo en Etiopía matando a 157 personas, carecían de dos instrumentos de seguridad considerados críticos por los expertos, debido a que Boeing los vendía como opcionales a un costo mayor.

Se trata de instrumentos que permiten monitorear en detalle el ángulo de ataque de la nave, es decir, la inclinación de la nariz. Si este ángulo supera un límite durante el ascenso, el avión corre riesgo de perder sustentación y caer en picada (stall).

Uno es precisamente un indicador de ángulo de ataque, el cual entrega lecturas de los dos sensores incorporados en la aeronave. El otro es una alerta de conflicto (disagree light), que se activa cuando la información entregada por ambos sensores es diferente. Ninguno de ellos estaba presente en los 737 MAX siniestrados, que se desplomaron a pocos minutos del despegue.

“Ambos (instrumentos) son críticos y a las aerolíneas les cuesta prácticamente nada instalarlos. Boeing cobra un extra por ellos porque no son obligatorios, pero resultan vitales para la seguridad”, indicó al periódico el analista de la consultora de aviación Leeham, Bjorn Fehrm.

El problema es que Boeing puede obtener hasta un 5% de ganancias más por aeroplano con la venta de funcionalidades extra. Y mientras muchas de ellas son estéticas u orientadas a la comodidad, otras son funcionalidades de seguridad. El asunto se vuelve aún más complejo considerando la tendencia de las aerolíneas low-cost, muchas de las cuales intentan reducir al máximo sus gastos, explica el New York Times.

Según fuentes internas de la empresa, Boeing actualizará sus aeronaves para que incluyan por defecto la alerta de conflicto en todos los nuevos 737 MAX. Sin embargo, el indicador de ángulo de ataque continuará siendo ofrecido como un opcional.

Esto es sólo un ejemplo de otras características que se consideran extras, como un sistema extinguidor de fuego adicional en la sección de equipaje. Eventos anteriores han demostrado que, durante un incendio, las llamas pueden extenderse demasiado rápido como para que un sólo sistema de extinción de cuenta de ellas. En Japón este sistema de respaldo es obligatorio, pero en EEUU no.

“Hay muchas cosas que no deberían ser opcionales, pero muchas aerolíneas buscan obtener sus aviones al menor precio posible. Además, esto le da la posibilidad a Boeing de decir ‘Hey, nosotros lo ofrecimos"”, sentencia el abogado especialista en aviación y antiguo piloto de pruebas, Mark H. Goodrich.

Aunque no hay certeza de los costos, se calcula que una aerolínea puede gastar entre 800 mil y 2 millones de dólares en “extras”.