El embajador de Arabia Saudita en Estados Unidos, Jaled bin Salmán, hermano del poderoso príncipe heredero sospechoso de haber encargado el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, regresó a su puesto en Washington, luego de haber abandonado el país tras ese homicidio, informó el miércoles una fuente diplomática.
“Su Alteza Real el embajador está en Washington”, dijo a la AFP la portavoz de la embajada, Fatimah Baeshen.
El diplomático había regresado a Riad a comienzos de octubre, tras el asesinato del periodista saudí, un fuerte crítico del régimen, en el consulado de su país en Estambul, Turquía.
En esa época, el Departamento de Estado le había pedido “brindar informaciones (sobre el crimen) a su retorno a Estados Unidos”.
Sobre el príncipe heredero Mohammed bin Salmán, apodado MBS, pesan sospechas en Estados Unidos y en el mundo, de haber participado en algún grado en el asesinato de Khashoggi.
Varios senadores estadounidenses, que fueron informados el martes por la dirección de la CIA acerca de las investigaciones sobre el asesinato, salieron de esa reunión reafirmados en su convicción de que MBS encargó el homicidio, lo que la monarquía saudí niega firmemente.
Según medios de prensa estadounidenses, la CIA supo de un llamado de Jaled bin Salmán a Jamal Khashoggi, realizado a pedido de MBS, en el que el embajador aconsejaba al periodista que se trasladara al consulado en Estambul, asegurándole que nada le pasaría.
El embajador negó el hecho y dijo que se trata de una “acusación grave”.
Pese a estas sospechas, el gobierno de Donald Trump confirmó su alianza “inquebrantable” con Riad y señaló que no existe ninguna prueba fehaciente de la vinculación del príncipe heredero con el asesinato de Jamal Khashoggi.
El ministro saudí de Relaciones Exteriores Adel al-Jubeir se encuentra este miércoles en Washington para participar del funeral del expresidente de Estados Unidos George H.W. Bush, indicó la embajada, sin brindar informaciones sobre eventuales reuniones del jerarca con autoridades del gobierno de Trump.
