El huracán Florence registró vientos de 220 kilómetros por hora en su avance hacia la costa este de Estados Unidos, donde al menos un millón de personas recibieron órdenes de evacuación.

Este lunes, a las 18:00 horas chilenas, el ciclón de categoría 4 ostentaba tales vientos y se ubicaba a unos 1.880 kilómetros al sureste de Carolina del Norte, según el boletín del Centro Nacional de Huracanes (NHC en inglés).

Los meteorólogos calculan que tocaría tierra entre jueves y viernes en la frontera de Carolina del Norte y Carolina del Sur, pero su trayectoria aún no es clara.

“Se prevé un mayor fortalecimiento y se espera que Florence sea un huracán de gran intensidad extremadamente peligroso a lo largo del jueves”, indicó el NHC en un comunicado.

Agence France-Presse
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Emergencias

Los estados de Carolina del Norte y del Sur, así como el de Virginia, más al norte, se declararon en emergencia para acelerar los planes de contingencia.

“Estoy ordenando la evacuación obligatoria, no voluntaria, obligatoria”, dijo el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster.

“Cerca de un millón de personas estarán abandonando la costa”, añadió la autoridad al detallar los planes para revertir la dirección del tráfico en algunas autopistas con el fin de facilitar el éxodo tierra adentro.

Escuelas de 26 de los 46 condados del estado permanecerán cerradas desde el martes.

“Esto es un huracán de verdad”, dijo el gobernador. “Las evacuaciones son inconvenientes, pero no queremos arriesgar una sola vida” y resaltó que “es probable que tengamos muchas inundaciones”.

En Charleston, una vieja ciudad portuaria de Carolina del Sur, los residentes se disponían a llenar sacos de arena y comprar provisiones antes de que comience el éxodo masivo.

John Johnson, encargado de una ferretería en el centro, dijo a la agencia internacional Agence France-Presse (AFP) que la carrera por conseguir baterías, linternas, cubiertas de plástico y sacos de arena comenzó el viernes pasado. “No hemos parado”, comentó.

La enfermera Barbara Mack llenaba sacos de arena con una pequeña pala en una instalación de obras públicas de Charleston, pero vio otro aspecto de la tarea: “Este es un buen ejercicio… probablemente el único ejercicio que tendré esta semana”, bromeó.

Deborah LaRoche, una directora de servicios sociales y madre de dos hijos, dijo que con su esposo sopesan evacuar su casa en la cercana Johns Island: “No importa lo que sucedió en las tormentas (previas). Esta es diferente”, declaró.

También este lunes, varios condados de Carolina del Norte emitieron órdenes de evacuación obligatoria para las zonas costeras, como las islas de Topsail Beach.

“Aquí en Carolina del Norte nos estamos preparando para un golpe fuerte”, dijo el gobernador de ese estado, Roy Cooper, en una conferencia de prensa.

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Cooper añadió que Carolina del Norte se está tomando el huracán Florence “muy seriamente” y pidió a los ciudadanos que también lo hagan.

Por el momento, se espera que el ojo del huracán entre al continente a la altura de la pequeña ciudad portuaria de Wilmington, en el sur de Carolina del Norte.

Meteorólogos advierten que el huracán podría permanecer estancado en tierra firme antes de disiparse, como lo hizo Harvey en Texas el año pasado, lo que aumentaría el riesgo de inundaciones.

La Armada estadounidense ordenó que todos sus barcos abandonaran el área de Hampton Roads, ante el paso del huracán.

El presidente Donald Trump expresó en la red social Twitter mensajes de apoyo a los residentes afectados: “A los increíbles ciudadanos de Carolina del Norte, Carolina del Sur y toda la costa este – ¡esta tormenta parece muy mala!”.

Más tarde Trump volvió a alertar que “esta es una de las peores tormentas que azotará la costa este en muchos años”. “¡Prepárense, tengan cuidado y estén seguros!”, advirtió.

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Otros dos huracanes

Entretanto, otros dos huracanes se formaron en el Atlántico, en momentos en que la temporada de ciclones, que termina el 30 de noviembre, alcanza su punto álgido en septiembre.

Isaac sopla con fuerza de categoría 1 y con vientos máximos sostenidos de 120 kilómetros por hora al este de las Antillas Menores.

Su trayectoria lo muestra atravesando el jueves las mismas islas caribeñas que fueron devastadas el año pasado por los huracanes Irma y María, que difícilmente estén en condiciones de soportar otro desastre tan pronto.

No obstante, los pronósticos estiman que este huracán relativamente pequeño comience a debilitarse a mediados de la semana a medida que se aproxime a las islas, señaló el NHC.

Más al este, cerca de las islas de Cabo Verde frente a las costas de África, el huracán Helene trae vientos de 165 kilómetros por hora, pero se dirige hacia el norte del Atlántico sin representar un peligro para ninguna costa.

En septiembre de 2017, los monstruosos huracanes Irma y María destrozaron en particular las islas de Martinica, Dominica, Puerto Rico, Barbuda e Islas Vírgenes estadounidenses.

Según un estudio divulgado a fines del mes pasado, el desastre que dejó María en Puerto Rico, que pasó semanas sin comunicaciones ni electricidad y con las vías cortadas, provocó casi 3.000 muertos.