Es un trabajo audiovisual al que Linda Freedman dedicó meses de preparación, escuchando testimonios y siendo testigo presencial de lo que ocurre en su país desde hace años, pero con una cúspide de sufrimiento causado por la iniciativa Tolerancia cero que el presidente Donald Trump decidió revertir, dadas las críticas al respecto.

En un video, dramatizado, Freedman incluyó, con ayuda de actores adultos y niños, sesiones de interrogatorios de jueces estadounidenses hacia pequeños inmigrantes separados de sus padres, o quienes en muchos casos, llegaron con ayuda de traficantes de personas a ese país pero fueron abandonados y posteriormente capturados por agentes migratorios.

Un juez en el estrado le pregunta a los niños, tratando de iniciar el interrogatorio y sin ayuda de una respuesta clara:

-“¿Estás nervioso esta mañana?”

– Solo hay un gesto del pequeño asintiendo.

– “¿Entiendes de que se tratan estos procedimientos en corte?”

– Gesto del niño, para responder un “no”.

-“¿Sabes que es un abogado?”

– Otro movimiento de cabeza, estableciendo un “no”.

– “¿Tienes un abogado?”

_ …

El ejemplo continua con otra niña que responde un poco más, pero no lo suficiente, como sucede en la vida real con los niños que no pueden defenderse por sí mismos y no consiguen un abogado que lo haga por ellos, ya que el mismo estado es incapaz de proveer tantos profesionales al servicio de los inmigrantes.

La idea de la cineasta Linda Freedman, es hacer conciencia, a través de este registro audiovisual, del cambio que pueden generar los ciudadanos estadounidenses en la vida de estos pequeños. Su video forma parte de la estrategia para llevar donantes a la organización pro-inmigrantes Unaccompanied y así designar más abogados a los pequeños que además de estar separados de sus padres, tienen que sufrir el trauma de asistir a las cortes sin saber, en muchos de los casos, por qué están en ese lugar.

Linda Freedman
Linda Freedman

Un caso real en medio del grito de auxilio

El medio digital estadounidense, NoticiasYa, difundió el caso de un niño de tan solo 3 años, de origen salvadoreño, quien viajo en solitario y llevado por un “coyote” o traficante de personas hasta Estados Unidos.

Su madre había huído un año antes de la nación centroamericana, al recibir amenazas de muerte de grupos criminales. Cuando reunió dinero, pagó el viaje-en algunos casos de hasta 10 mil dólares-para reunirse con el pequeño.

No todo resultó como pensaba. El menor de edad fue capturado junto a otras personas por autoridades migratorias y fue llevado a una corte para ser interrogado al respecto. Ni una sola palabra de su parte. Lógicamente no comprendía lo que estaba pasando y no hubo un abogado que hablara por él. Perdió el caso y fue deportado de nuevo a El Salvador.

Linda Freedman
Linda Freedman

El drama de “los niños no acompañados” en Estados Unidos, creció de forma acelerada en ese país. Para 2017 medios locales como Univisión, reportaban 520 mil casos de deportación en las cortes, contra menores de edad inmigrantes. El desafío sigue siendo determinar si son niños que tienen un representante legal o simplemente formarán parte de la lista de los que ya han comparecido solos ante un juez, sin entender qué es lo que le están preguntando.