Más de 4.000 birmanos han huido a la vecina India desde que el pasado 1 de febrero estalló el golpe de Estado en Birmania (Myanmar), una situación que puede empeorar tras el aumento de la violencia en la región fronteriza.

“Según nuestros datos, el número (de refugiados) puede ser de algo más de 4.000”, afirmó este miércoles a Efe MC Kin Lian, secretario del Comité de Refugiados de Chin, una organización con sede en Nueva Delhi que sigue la llegada de birmanos a la India.

La India comparte 1.600 kilómetros con Birmania, aunque la llegada de refugiados se ha centrado sobre todo en el estado de Mizoram, donde la población mizo india mantiene fuertes vínculos étnicos e incluso familiares con sus vecinos birmanos de Chin.

Esta región noroccidental birmana, y sobre todo la ciudad de Mindat, han vivido durante los últimos días un aumento de la violencia y los combates entre el Tatmadaw (el Ejército birmano) y la recién formada Fuerza de la Defensa Chin, una milicia civil prodemocrática.

“Los combates entre los activistas a favor de la democracia y el Ejército en Mindat (…) provocará una mayor afluencia” de refugiados, predijo Lian, que reveló que sus fuentes allí le han informado de que “muchos civiles están huyendo de la ciudad por seguridad, y el refugio más cercano es la India”.

El secretario del Comité de Refugiados de Chin aseguró que más de un centenar de birmanos lograron llegar a Nueva Delhi, donde están esperando recibir el estatus de solicitante de asilo por parte del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Rechazo de Nueva Delhi

La India, que no forma parte de la Convención de los Refugiados de 1951 y carece de un marco legal de protección para ellos, ha pedido sin embargo abiertamente a sus regiones fronterizas que no acepten la llegada de birmanos, a lo que se han opuesto.

La Organización de Reunificación Zo (ZORO), con sede en Mizoram, corroboró también a Efe la cifra de birmanos llegados a la India, aunque reconoció que es difícil rastrear el número de refugiados sin un mecanismo adecuado de seguimiento.

“La cifra rondará los 3.500. No más de 4.000”, aseguró el presidente de la rama juvenil del grupo, L Ramdinliana Renthlei.

La organización, que representa al pueblo indígena Zo que vive en la India, Bangladesh y Myanmar, ha estado rastreando la llegada de refugiados desde que en marzo un primer grupo llegó a Mizoram.

Si bien Mizoram se ha convertido en el principal destino de los refugiados birmanos, algunos de ellos también han optado por huir a Moreh, una ciudad ubicada en la frontera entre la India y Birmania en el estado nororiental indio de Manipur.

Un activista de Manipur involucrado en la asistencia humanitaria a los refugiados en Moreh explicó a Efe que la llegada de birmanos varía, y puede fluctuar según la situación de seguridad.

“En la actualidad hay alrededor de 650 refugiados birmanos en Moreh, Hoilenphai y Shijang y sus alrededores. Prevemos que la cifra vuelva a subir”, dijo el activista, que pidió el anonimato.

La huida a la India se produce en medio de una escalada de violencia con el uso incluso de bombardeos aéreos y de artillería pesada, y que ha dejado ya más de 800 civiles muertos, a pesar de las condenas internacionales y la imposición de sanciones.

El Ejército justifica el golpe de Estado por un supuesto fraude electoral en los comicios de noviembre, en los que arrasó el partido de la líder depuesta Aung San Suu Kyi, como ya hiciera en 2015, y que cuentan con el aval de los observadores internacionales.