En pleno movimiento mundial del feminismo pujando por sus derechos, en Vietnam la vieja escuela del qué dirán, tiene a la moral pendiendo de un hilo pero con la posibilidad de “repararla”.
Se trata de desesperados padres que, buscan montar todo un “show” a la hora de celebrar la boda de sus hijas, pero el espectáculo es tan falso como la posibilidad de componer instantáneamente por hoy sus solitarias vidas. Todo viene de los servicios de empresas especializadas en organizar una boda, con novio incluido, cual pastel adornando el lugar en una noche que se supone es la más importante para algunas mujeres, a partir de sus convicciones.
Si las familias no están de acuerdo en la unión repentina y con un novio al que no han conocido por obvias razones, las empresas también ofrecen actores para hacerse pasar por tíos, primas, hermanas y otros familiares a quienes presentarle a los invitados. Al fin y al cabo, pueden aportar en número y con muestras de felicidad al enlace que está por celebrarse.
Se montan bodas y una falsa vida
El nicho encontrado por algunas empresas responde a la “deshonra” que viven algunos patriarcas ante el embarazo de una de sus hijas sin estar casada, y de paso, ha sido abandonada por su pareja en plena noticia de una nueva vida en camino, lo que precisamente ha motivado la huída del otro responsable en la procreación.
Sin embargo, sumado al dolor del abandono, las mujeres deben someterse a los deseos de su familia de elaborar una boda ficticia, para no pasar por la vergüenza de traer un hijo al mundo, sin un matrimonio que anteceda al alumbramiento.
Pero no solo los deseos de un padre avergonzado se ven resueltos con la contratación. Kha es una vietnamita que optó por llamar a una empresa especializada en montar bodas falsas y lo hizo con convicción propia, además de 3 meses de embarazo y la pena de causarle dolor a sus padres quienes no estaban enterados de su próxima maternidad. “Estaba desesperada. Mis padres habrían sido los primeros en verse abrumados por la vergüenza” con una hija embarazada y sin marido”, justificó la joven a la agencia de noticias France Press, a un mes después de la boda falsa que le costó más de 1.200 euros (casi 900 mil pesos chilenos).
Con sus padres completamente enterados del asunto y a 30 días de haber celebrado el enlace, Kha se presentó en sociedad como una mujer en plenos trámites de divorcio, por culpa de un marido que la abrumaba a tal punto que motivó su separación-también ficticia-pero conveniente dada su boda falsa.
Un negocio del que las empresas no se sienten orgullosas
Xuan Thien, es director de Vinamost, una de las empresa que organiza bodas ficticias. Al parecer se definen en sus objetivos como una organización destinada a crear un bien social, cuando hay apariencias que deben resguardarse como en todas las sociedades del mundo. “El mensaje a la sociedad es que estamos muy preocupados. Como un hospital tratando enfermedades, ayudamos a las novias y a sus familias pero no nos gustaría que esto creciera”.
Es una afirmación que evidencia lo legal pero poco ético en la concepción de sus servicios, en pleno siglo XXI, cuando son las mujeres las que están liderando sus movimientos estratégicos para ser aceptadas en una sociedad a la que van cercando por ser machista en temas ligados a lo laboral, entre otros rubros.
Vietnam al parecer representa un punto donde esta lucha no ha tenido escenario. La institución del matrimonio es sagrada. Un 70% de las personas de más de 15 años están casadas, con el agravante de ser menores de edad y tener acceso al matrimonio antes de alcanzar una edad legal para poder celebrarlo como en otros países.
