Tres policías de Buenos Aires fueron condenados a cadena perpetua por el homicidio de un joven en noviembre de 2021, crimen que según la justicia trasandina fue motivado por "odio racial".

La víctima es Lucas González, un muchacho de 17 años que jugaba en las divisiones inferiores de Barracas Central y que el 17 de noviembre fue baleado en la cabeza por los efectivos policiales mientras regresaba a su casa de un entrenamiento.

Los magistrados a cargo del caso hicieron especial énfasis en “la alevosía, el placer y el odio motivado por discriminación” con la que actuaron los uniformados.

Según detallan medios locales como Perfil, el Tribunal Oral en lo Criminal N°25 de la capital argentina condenó a prisión perpetua a Gabriel Isassi, Fabián López y Juan José Nieva por los delitos de “homicidio cuádruplemente agravado por haberse cometido con alevosía, placer y odio racial con el concurso premeditado de dos o más personas, abusando de su función o cargo por ser miembro de una fuerza policial”.

Juicio por Lucas González
Juicio por Lucas González | Perfil

Pero no sólo eso ya que además fueron hallados culpables de “tentativa de homicidio agravado” contra los amigos del joven futbolista.

Los jueces también sentenciaron a cuatro policías por encubrir el crimen y alterar las pruebas. Se trata de Roberto Orlando Inca, Juan Horacio Romero, Fabián Alberto Du Santos y Rodolfo Alejando Ozán, quien recibieron seis años de cárcel e inhabilitación por 10 años.

Héctor Claudio Cuevas recibió cuatro años de prisión e inhabilitación por 10 años también por encubrimiento y alteración de las pruebas, mientras que Sebastián Jorge Baidón fue hallado culpable de torturas contra los amigos de Lucas, recibiendo 8 años de cárcel e inhabilitación absoluta y perpetua para ejercer cargos públicos.

Otros cinco policías fueron absueltos por los jueces, quienes dispusieron de su “liberación inmediata”.

Juicio por Lucas González
Juicio por Lucas González | Perfil

El citado medio detalla que el 17 de noviembre de 2021, Lucas y sus amigos regresaban a sus casas a bordo de un Volkswagen Suran tras un entrenamiento en la provincia de Buenos Aires.

Durante el trayecto, los chicos fueron interceptados por tres policías -que no portaban identificación- quienes se desplazaban en un Nissan Tiida.

De un momento a otro, los policías comenzaron a disparar al automóvil de los jóvenes, comenzando así una persecución. González recibió dos balazos en su cabeza. Luego de permanecer en coma por un día, finalmente murió.

Sus amigos, en tanto, fueron esposados y torturados. En la investigación quedó acreditado que los efectivos dejaron una pistola de juguete en el portamaletas del auto para incriminarlos.

Según consigna Agencia EFE, el padre del muchacho asesinado se mostró agradecido después de conocer las condenas.

“Estoy feliz. Puedo decir que me saqué una mochila, que mi hijo está descansando en paz”, indicó. “Se hizo justicia porque los que mataron a Lucas lo van a pagar”, añadió.

Gregorio Dalbón, abogado de la familia, mencionó que la “sentencia es histórica”.

“Esta sentencia, sumada a la de Luis Espinoza en Tucumán y a la de Blas Correas en Córdoba marcan un antes y un después en la lucha contra el abuso de la fuerza y en la redición de cuentas por parte de las fuerzas de seguridad”, indicó Amnistía Internacional Argentina a través de sus redes sociales.