El cónsul de Chile en Río Gallegos, Argentina, reveló nuevos detalles sobre la situación del chileno que fue encontrado trabajando en condiciones de esclavitud en la localidad trasandina. El hombre no veía a su familia hace 20 años.

“Él vivía como un perro, en una pocilga”.

Con esa categórica frase Christian Blasco, representante de nuestro país en la ciudad ubicada en la zona austral argentina, calificó el estado en que vivía Juan Mansilla Alvarado, quien fue encontrado en una granja porcina.

“Tenía un cuartucho con una cama impresentable, sin baño, sin comodidades. Pero para él, esa era su casa”, agregó el cónsul en conversación con Emol.

Mansilla no veía a su familia en Chile hace 20 años, periodo en el que sus cercanos lo dieron por muerto. De acuerdo a medios locales como La Plata Noticias, padece un retraso madurativo.

Tras su liberación, Blasco sólo pudo conversar por unos cinco minutos con el afectado, quien en todo momento preguntaba por su teléfono celular.

“A él lo controlaban con la hora, eso le preocupaba. Aún se sentía que debía volver al lugar”, sostuvo.

Los dueños de la granja son una pareja de más de 65 años, quienes terminaron siendo detenidos tras el allanamiento hecho por la policía argentina.

Blasco explicó que Mansilla vivió “una gran cantidad de abusos”, al punto que cuando se le realizó un chequeo médico, los especialistas descubrieron dos impactos de bala en su cabeza.

“Generó una dependencia extrema con el dueño de la chanchería. Es lo que se llama el Síndrome de Estocolmo”, indicó.

Luego de las pesquisas hechas por la Fiscalía de Argentina, las autoridades de nuestro país lograron contactar a los familiares del chileno, quienes no tenían idea sobre su paradero. Fue así como un tío viajó a buscarlo, llevándoselo a Punta Arenas el viernes pasado.

A su vez, Blasco aseveró que el hombre no está en condiciones de prestar declaración en el juicio contra los dueños de la granja. “Para el sujeto era como su animalito. Es una tragedia”, sostuvo.

Rescate a partir de una denuncia

La liberación de Mansilla se dio tras un operativo llevado a cabo contra la trata de personas, el que incluyó el allanamiento de varios negocios, entre ellos la mencionada granja porcina.

La causa fue impulsada por una denuncia hecha por una inmigrante venezolana contra los dueños del recinto por las condiciones laborales a las que era sometida.

De esta manera, en noviembre pasado la justicia trasandina ordenó una serie de operativos en diferentes comercios, rescatando a 19 personas que trabajaban en pésimas condiciones.

Una de ellas era precisamente Mansilla. Sin embargo, siguió trabajando en la granja “bajo las órdenes de un administrador designado por el juzgado federal de Río Gallegos”.

Recientemente la causa fue reactivada luego que la pareja dueña de la granja fuera arrestada tras intentar contactar al chileno para ofrecerle nuevas labores.