Desde hace meses, la médica paraguaya Leticia Pintos lleva advirtiendo sobre el coronavirus y la segunda ola de la pandemia a través de videos drásticos. Ahora ha ocurrido justo lo que trataba de evitar: todas las camas de cuidados intensivos del sistema de salud público de este país sudamericano están ocupadas desde el pasado jueves.

“Hemos alcanzado el límite de nuestras capacidades, esta noche se han ocupado el 100% de nuestras camas”, dijo la directora de Medicina Intensiva del Ministerio de Salud. El Gobierno se esfuerza en prestar apoyo, pero no llega mucho. Anunciaron 42 camas adicionales, pero el viernes ya estaban ocupadas 30 de ellas.

En Brasil, las clínicas privadas también están colapsadas. El sistema de salud también está colapsado como consecuencia de la segunda ola de COVID-19. En la megalópolis de Sao Paulo hace días que ya no hay plazas en los hospitales públicos.

Los pacientes son atendidos en los pasillos. Por primera vez desde que empezó la pandemia, los hospitales privados también se han copado. De acuerdo con Fohla y O’Globo, los hospitales privados de Sao Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte también han declarado haber alcanzado la ocupación máxima. Ello significaría que, al contrario que en la segunda ola, esta vez la pandemia también estaría pasando una gran factura a las clases medias y altas.

La Fundación Osvaldo Cruz, el mayor instituto de investigación en salud de Sudamérica, advierte de que la situación es crítica en prácticamente todos los estados brasileños. “Es el peor colapso sanitario de la historia de Brasil”, subrayó Fiocruz la semana pasada. Dada la sobrecarga en todo el país, ya no es posible enviar personal sanitario desde las regiones menos golpeadas a las zonas de crisis. La máxima autoridad de vigilancia sanitaria, Anvisa, dijo que con el nuevo récord de infecciones semanales y de muertes diarias escasean los medicamentos y el oxígeno, así que eliminó trabas burocráticas para su importación y distribución.

AFP

Acelerar el ritmo de vacunación por las variantes

El Ministerio de Salud planea autorizar el uso de las dosis reservadas para la segunda inoculación como primera dosis para acelerar así el ritmo de vacunación, de acuerdo con informaciones de O’Globo. Además, se ha estipulado que las botellas de oxígeno originariamente destinadas a uso industrial solo puedan utilizarse con fines médicos.

Los expertos en salud sospechan que la variante P.1, identificada por primera vez en la región amazónica y que posteriormente se expandió por la ciudad de Manaos, se encuentra detrás del desarrollo explosivo de esta ola. El exministro de Salud argentino Ginés González advirtió hace semanas de una catástrofe “si no logramos cambiar el comportamiento de la sociedad”. En Sudamérica acaban de terminar las vacaciones de verano, en las que muchos aprovecharon para visitar a familiares y disfrutar de la playa.

DW

Políticos bajo presión

Mientras tanto, crece la presión sobre los políticos.

El gobernador en funciones de Río de Janeiro impuso el viernes una cuarentena de diez días: playas, parques, museos y otras instalaciones de tiempo libre han tenido que cerrar.

El presidente ultraconservador Jair Bolsonaro sigue restando importancia al virus y se opone a los confinamientos por razones económicas. Muchos de sus partidarios siguen su ejemplo. Hace unos días, el mandatario dijo: “Esto se está convirtiendo en una guerra contra los presidentes. Parece como si la gente ya solo muriera de COVID”. Como siempre, habló sin mascarilla, rodeado de entusiastas seguidores en el palacio
presidencial.

La gestión de la pandemia ha enemistado también al presidente con las élites económicas del país. El lunes, 500 dirigentes empresariales, exministros y antiguos presidentes del Banco Central escribieron una carta en la que le instaban a hacer algo de forma urgente.

El apoyo a Bolsonaro se ha reducido al 30%, mientras que un 44% de los encuestados consideran que su Gobierno es malo o miserable, de acuerdo con un sondeo del Instituto Datafohla. Hace una semana, el presidente volvió a cambiar a su ministro de Salud: Marcelo Quiroga es ya el cuarto en ocupar esta cartera desde que comenzó la pandemia.

EVARISTO SA / AFP

Chile, el alumno ejemplar, se ve golpeado

Desde hace dos semanas, en Paraguay se han estado convocando manifestaciones contra el Gobierno. El Ministerio de Salud hizo el pago anticipado de las vacunas a través del mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud a una cuenta errónea, por lo que por ahora se ha podido inmunizar a un pequeño grupo con las dosis que han llegado de la vacuna rusa, Sputnik V. El error le ha costado el puesto al ministro de Salud, pero la oposición no logró destituir en el Parlamento al presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez.

Incluso en Chile, uno de los países con mejor ritmo de vacunación del mundo, han aumentado enormemente las infecciones. Durante el fin de semana se registraron más de 7.000 infecciones, el récord de toda la pandemia.

DW / Vacunación en Chile

El 94,8% de las camas de cuidados intensivos en el país están ocupadas, de acuerdo con un informe de la Pontificia Universidad Católica y la Universidad de Concepción. El ministro de Salud chileno, Enrique París, dijo que solo el 70% de las camas están ocupadas con pacientes de COVID-19; el resto estarían relacionadas con intervenciones quirúrgicas, como operaciones de tumores, que se han acumulado desde el comienzo de la pandemia.

Las autoridades han impuesto una cuarentena en las regiones más golpeadas y sopesan incrementar el personal sanitario. Cinco millones de personas (de sus 18,7 millones de habitantes) han sido ya vacunadas en Chile.