Postrada en una cama, casi sin fuerzas, pero con voz firme. Así se le escucha, aunque se le vea frágil.

El caso de Ana Estrada le está dando la vuelta al mundo, irónicamente, desde una cama. Ahí permanece desde hace meses, por Polimiositis, un padecimiento degenerativo que va directo contra los músculos. En sus peores fases afecta el habla, como a Ana, quien recibe respiración asistida, bajo supervisión 24/7 de enfermeras especialistas del tema.

Víctima de todo lo que conlleva la enfermedad (presente desde que tenía 12 años), Ana brinda entrevistas tanto dentro como fuera de Perú. CNN conversó con Estrada, quien mostró su realidad y los deseos que ahora la habitan, como la afección que tiene dominado su cuerpo.

Pero: ¿qué tan pronto pretende agenciarse su derecho a dejar este mundo, sin tener que dar la batalla legal para lograrlo?

“La respuesta es que no quiero morir ahora. Lo que yo quiero es mi derecho a elegir cuándo y cómo y dónde morir. Eso es lo que quiero y eso es por lo que estoy luchando ya desde hace 4 años. A solas, primero y luego desde hace dos años junto a la Defensoría del Pueblo”.

Ana conoce de los procesos mentales en el ser humano, en sus diferentes etapas. Es psicóloga de profesión y una convencida de que el derecho a vivir es personal, sobre todo si se enfrenta una enfermedad que consume a una persona, además de los otros sacrificios socioeconómicos que acarrea.

Sabe que se enfrenta la constitución de su país. En Perú, la carta magna tiene en sus apartados una artículo que frena la posibilidad de ejercer el derecho a la eutanasia. Sin embargo, está decidida a dar la batalla.

“El derecho a la dignidad”

El artículo 1 del Capítulo 1 Derechos fundamentales de la persona, del Título 1 De la persona y de la sociedad de la Constitución del Perú de 1993, señala que “la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado”.

Así lo resumen quienes se apegan por profesión a la jurisprudencia, pero también por convicción, como lo hace Ana.

Un representante de la Defensoría del Pueblo, la asiste en materia jurídica, como lo hacen las enfermeras las 24 horas del día.

Refiriéndose al referido apartado constitucional, Percy Castillo, quien representa a la Adjuntía para los Derechos Humanos y las Personas con Discapacidad, sostiene que “justamente ese es el fundamento de la demanda que hemos interpuesto para proteger el derecho de Ana Estrada. El defensor del pueblo, el Dr. Walter Gutiérrez, consideró desde el principio que estamos frente a la posibilidad de hacer tangible este contenido constitucional”.

En el marco de las declaraciones en las que Ana estuvo presente, la mujer asentía con las dificultades que su enfermedad le ha impuesto pero, a la vez, con la fortaleza de establecer un precedente desde su caso, hacia otros que busquen lo que ella lama una muerte con dignidad y poder de decisión.

“Esa es mi lucha y mientras todavía tenga fuerzas para lograrlo, ahí estaré y seguiré luchando”, había anticipado.

Los abogados que la asisten, también están convencidos que en su país se puede lograr un antes y un después en torno a la eutanasia.

Es necesario empezar, es necesario construir y en la judicatura empezamos a sentar la posibilidad que en el Perú la dignidad de las personas sea ejercida a plenitud”, sentenció Castillo.

El funcionario de gobierno que apoya a Ana Estrada

El pasado 7 de enero, representantes del Estado participaron de una audiencia con la demandante, momento en el que tuvieron la ocasión de hacer sus descargos con respecto a las exigencias basadas en el artículo constitucional al que se acoge Estrada.

La Defensoría del Pueblo adelantó que la respuesta fue tan escueta como cerrada: es necesario un cuerpo de ley (el cual, aseguran que no existe) para darle vía libre a la petición de la mujer de cuándo, cómo y dónde morir.

La respuesta dejó que el caso se complicara, pero desde el poder ejecutivo, uno de los ministros se pronunció de forma inesperada, aunque ya para algunos era conocida su postura sobre el tema.

Se trata del ministro de Justicia y Derechos Humanos, Eduardo Vega, quien antes de ejercer el actual cargo fue Defensor del Pueblo.

El medio local El Comercio, hizo eco de su reacción del caso Estrada. “Hablar de la vida y de la libertad y de las decisiones que uno toma no es nada sencillo. Te admiro por plantearnos a la sociedad peruana un debate tan importante y a la vez tan excepcional como el de una muerte digna. Espero que nuestras autoridades puedan escuchar tu voz y puedan saber que aquí no estamos hablando de preferir la muerte sino de simplemente destinar una vida digna y tener un final feliz y digno. Soy Eduardo Vega y apoyo a Ana Estrada en su lucha por una muerte digna”, publicó en su cuenta de Twitter.