El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, impulsará un proyecto de legalización del aborto, con la intención de que se apruebe “cuanto antes”, afirmó en una entrevista este domingo.

“Voy a intentar que salga cuanto antes. No depende solo de mí”, declaró al diario Página/12 consultado sobre si una ‘ley del aborto’ podría ingresar al Congreso este mismo año, en período de sesiones extraordinarias.

El futuro presidente dijo ser “un activista de ponerle fin a la penalización del aborto” y aseguró que enviará un proyecto de ley al Congreso “tan pronto” llegue al gobierno el 10 de diciembre, sin aclarar si buscará solo despenalizar o además legalizar la práctica como reclaman los movimientos de mujeres.

Fernández asistió esta semana a la presentación del libro “Somos Belén”, de la periodista Ana Correa, que relata el padecimiento de una joven que estuvo presa 29 meses hasta 2016 en el norte del país, acusada de practicarse una interrupción voluntaria de embarazo, tras sufrir un aborto espontáneo.

Allí, Fernández posó rodeado de mujeres con pañuelo verde, símbolo de la lucha por la legalización del aborto, un tema que divide al país del Papa Francisco con fuerte influencia de la iglesia católica.

En Argentina, el aborto solo está autorizado cuando el embarazo es producto de una violación o si está en peligro la vida de la mujer.

En 2018, enmarcado por multitudinarias movilizaciones de mujeres, por primera vez se debatió un proyecto de aborto legal en el Congreso argentino. Fue aprobado por los diputados pero finalmente rechazado por el Senado, tradicionalmente más conservador.

El presidente Mauricio Macri dio vía libre a ese debate parlamentario, pero durante la campaña electoral de este año enarboló un discurso ‘pro-vida’ para conquistar el ‘voto celeste’, que identifica a los detractores del aborto legal.

Fernández instó a cambiar el eje de la discusión y apuntó que “cuando uno despenaliza y legaliza el aborto, no lo hace obligatorio”.

“Quisiera que el debate no sea una disputa entre progresistas y conservadores, entre revolucionarios y retrógrados, es un problema de la salud pública que debemos resolver y que hay que asumirlo así”, agregó.

Se estima que en Argentina se realizan uno 500.000 abortos al año y que un centenar de mujeres mueren por las prácticas hechas en clandestinidad.