La Fiscalía de Nicaragua llevó ante la justicia por tenencia de armas a la líder estudiantil de origen belga Amaya Coppens y otros 15 opositores detenidos, después de que intentaran llevar agua a mujeres en huelga de hambre, informó este lunes un grupo humanitario.

Los detenidos fueron acusados el domingo de “delitos relacionados con armas de fuego” en perjuicio de la seguridad pública, confirmó a la AFP la abogada María Oviedo, de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH).

“Esa acusación es infundada, es una falacia, jamás esos jóvenes se van a atrever a andar con un armamento ilegal”, dijo Oviedo, quien afirmó que el proceso es parte de una represalia política contra los opositores al gobierno de Daniel Ortega.

Los detenidos intentaron ayudar a 11 mujeres en huelga de hambre en la iglesia San Miguel de Masaya, 30 km a al sureste de la capital Managua,
para exigir la liberación de unos 139 opositores presos.

El gobierno de Ortega no reconoce que en Nicaragua haya presos por motivos políticos.

La policía mantiene sitiada la parroquia para impedir el acceso a los huelguistas, madres y familiares de los presos políticos, que este lunes cumplen cinco días de ayuno.

Los jóvenes fueron trasladados a los juzgados de Managua esposados y con uniformes azules para asistir a la audiencia en la que el juez decidirá la apertura de juicio, según fotografías divulgadas por la CPDH.

El delito de tenencia ilegal de armas conlleva una sentencia de 6 a 8 años de prisión, según Oviedo.

Coppens, de 24 años, es una de las líderes del movimiento estudiantil que en abril del 2018 salió a protestar junto a miles de nicaragüenses contra el gobierno de Ortega, en el poder desde 2007.

La joven, de doble nacionalidad belga y nicaragüense, fue encarcelada por primera vez en septiembre del 2018, en medio de la represión contra los manifestantes, que dejó al menos 325 muertos y cerca de 70.000 exiliados, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Fue liberada en junio pasado junto a cerca de 500 opositores presos por participar en las protestas, bajo una polémica ley de amnistía.

El viernes pasado fue detenida nuevamente por la policía, en compañía de otros líderes sociales, por intentar auxiliar con agua a las mujeres en huelga de hambre.