Argentina estrenó este lunes en calma los controles cambiarios instrumentados para defender su moneda y las reservas y el gobierno trata de calmar a los ahorristas que se han volcado a retirar sus depósitos bancarios.

Un día después que el gobierno del presidente liberal Mauricio Macri impuso límites a las compras y transferencias de monedas el tipo de cambio se apreció 3%, a 59,76 pesos por dólar, y el índice Merval de la Bolsa de Buenos Aires subió cerca de 5% en la mañana del lunes.

Sin embargo, el ministro de Hacienda Hernán Lacunza fue cauto al comentar esos movimientos. “Considero que el dólar va a estar estable. Bajó 2,5 pesos (la cotización del dólar), pero con muy poco volumen” de transacciones, dijo tras una reunión de gabinete.

Al cabo de tres semanas de fuertes presiones sobre la moneda, con una depreciación de alrededor de 20% y caída de 12.200 millones de dólares de las reservas internacionales, Macri adoptó un control de cambios a contramarcha de las políticas aperturistas que había defendido hasta ahora.

El control que regirá hasta fin de año limita a 10.000 dólares mensuales los montos que pueden adquirir los particulares, impide a las empresas atesorar divisas y obliga a los exportadores a liquidar sus divisas en un lapso de entre 5 y 15 días.

“Creemos que estas medidas van a funcionar. Son parte de un programa”, indicó Lacunza, al referirse a la decisión previa de lanzar un reperfilamiento de la deuda pública, con postergación de los vencimientos de letras y bonos así como del préstamo por unos 57.100 millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional otorgó a Argentina en 2018.

AFP
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Feriado en EEUU, filas en Argentina

El efecto de esas medidas es aún difícil de cuantificar.

“Al ser este lunes feriado en Estados Unidos, no opera el mercado de bonos ni de ADR (acciones argentinas en Wall Street). La reacción en serio se verá a partir del martes”
, dijo a la AFP el economista Héctor Rubini, de la Universidad del Salvador.

Para la firma Capital Economics, “el control de capitales puede ayudar a prevenir la inestabilidad en el tipo de cambio, pero sienta un precedente preocupante”, pues facilitaría la prolongación de las restricciones al gobierno que se elegirá en octubre y asumirá el 10 de diciembre.

En Buenos Aires, muchos clientes hicieron fila a la puerta de los bancos. El fantasma de la crisis de 2001, cuando Argentina declaró default sobre su deuda de 100.000 millones de dólares y se impuso una restricción a los retiros bancarios, está presente.

En un intento por tranquilizar a los ahorristas, el gobierno aseguró que no habrá ningún límite a la extracción de depósitos y pidió a la banca extender su horario de atención al público.

Los depósitos en dólares en la banca argentina cayeron en el lapso de 30 días hasta el 27 de agosto 3.500 millones, equivalente a 10,1% del total, según cifras del Banco Central.

Una crisis bancaria “es un evento posible”, señaló Rubini, al explicar que los depósitos en divisas suman unos 31.500 millones de dólares y el encaje en el Banco Central es de unos 12.000 millones.

Una publicista de 28 años que pidió no estar identificada está entre aquellos que no esperaron a este lunes para sacar su dinero del banco.

“Es una situación muy angustiante. Yo recibí una herencia con la que compré un departamento, pero me quedó un remanente. En lo que empezó la disparada del dólar no sabía qué hacer, dejar la plata en el banco, traerla a casa …”, refirió a la AFP.

Finalmente decidió guardar el dinero en una caja de seguridad, sobre todo después de que su novio, empleado bancario, le advirtió que ya casi no quedan disponibles.

Elecciones y FMI

Lacunza reconoció que “está en juego quién es el comandante o el capitan del barco a partir del 10 de diciembre”, cuando comienza el nuevo mandato presidencial. Pero enfatizó que “el tránsito tiene que ser con normalidad”.

Argentina, que arrastra una recesión desde 2018 con alta inflación (25% de enero a julio) y aumento de la pobreza (32% al cierre del año pasado), vio una agudización de su crisis económica tras las primarias en las que el peronista de centro-izquierda Alberto Fernández obtuvo una sorpresiva diferencia de más de 15% de los votos frente a Macri.

Aunque Fernández ha descartado la posibilidad de un default si gana la presidencia, es también muy crítico del programa del FMI.

Argentina espera para septiembre un desembolso por 5.400 millones de dólares de parte del organismo, que hasta ahora se ha abstenido de comentar las nuevas medidas.

Para concretar esa entrega “los técnicos tienen que mirar los números del segundo trimestre de 2019, que están bien. Pero saben que le están poniendo el dinero a un gobierno que posiblemente se va en diciembre. Es una situación difícil”, señaló Rubini.