El presidente Jair Bolsonaro designó este jueves a militares y a diputados de su partido (PSL) en una comisión que investiga las muertes y desapariciones durante la dictadura en Brasil (1964-1985) y justificó esos cambios alegando que ahora el gobierno es de “derecha”.

Bolsonaro autorizó la sustitución de cuatro de los siete miembros de la Comisión Especial de Muertos y Desaparecidos (CEMDP) del Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos, en una semana en la que arremetió varias veces contra informaciones oficiales sobre los desaparecidos en el periodo militar.

“El motivo (de la decisión) es que cambió el presidente, ahora es Jair Bolsonaro, de derecha, punto final”, dijo el excapitán del Ejército a periodistas, luego de que su decreto fuera publicado en el diario oficial.

El colegiado ministerial será liderado por Marco Pereira de Carvalho, abogado afiliado al Partido Social Liberal (PSL), a quien acompañarán el coronel retirado Weslei Antônio Maretti, el oficial del Ejército Vital Lima Santos y un diputado del PSL, Filipe Barros.

La exlíder del colegiado, Eugenia Augusta Gonzaga, denunció una medida de represalias contra la CEMDP, por decisiones como la de reconocer que el militante estudiantil Fernando Santa Cruz murió durante la dictadura de forma violenta y “causada por el Estado brasileño”.

“Esa destitución, sí, fue una respuesta a nuestros pronunciamientos en defensa de los derechos de la familia Santa Cruz y todos los familiares de exmiembros de movimientos de izquierda”, explicó en rueda de prensa en Sao Paulo.

Bolsonaro negó el lunes la veracidad de la versión oficial sobre la desaparición de Santa Cruz, padre del actual presidente del colegio de abogados de Brasil (OAB), e insinuó que este fue víctima de un ajuste de cuentas dentro del grupo armado Acción Popular al que pertenecía.

“Un día, si el presidente de la OAB quiere saber cómo su papá desapareció en el período militar, le cuento. No va a querer oír la verdad. Se lo cuento”, dijo el jefe de Estado, una declaración que causó malestar e indignación, incluso entre sus propios aliados.