El delegado especial del presidente Donald Trump para la crisis en Venezuela, Elliott Abrams, confirmó en rueda de prensa la llegada del general Christopher Figuera a Estados Unidos, y señaló que Maduro sigue vulnerable a otra rebelión militar, aunque “no podemos predecir el futuro”.
La Asamblea Nacional venezolana, controlada por la oposición, debate sobre las denuncias de arrestos de militares y miembros de organismos de seguridad por supuestas conspiraciones contra Maduro.
Denuncian detención de militares y policías
El líder opositor Juan Guaidó denunció la detención de cinco militares y dos policías -incluido un general- por parte de agentes de inteligencia, y dijo que se desconoce su paradero. Figuera, que ayudó a organizar el fallido alzamiento militar contra Maduro del 30 de abril, dijo al diario The Washington Post que el mandatario todavía puede caer. “Estoy orgulloso de lo que hice”, dijo. “Por ahora, el régimen se nos ha adelantado. Pero eso puede cambiar rápidamente”.
El militar pasó dos meses escondido en Colombia antes de su llegada a Estados Unidos el lunes, según el Washington Post. “No lo trajimos a Estados Unidos, pero estamos contentos de que esté aquí”, dijo Abrams sobre Figuera, sin revelar su paradero exacto, aunque dijo que no se encuentra en Washington.
Hijo de Maduro vinculado a lavado de dinero
Que esté “libre” y “sin ningún tipo de restricciones” luego de que Washington le levantara las sanciones que le había impuesto al igual que a decenas de colaboradores de Maduro, “es una señal para otros funcionarios sobre cuál podría ser su futuro si hacen lo mismo”, dijo Abrams. Figuera “tiene mucho para decir” sobre la situación en Venezuela y sus comentarios pueden contribuir a que otros reevalúen su apoyo a Maduro, agregó.
Figuera, otrora jefe de seguridad del fallecido expresidente venezolano Hugo Chávez, mentor de Maduro, develó graves hechos de corrupción. Señaló negocios ilícitos de oro con participación de un asistente de Nicolás Maduro Guerra, hijo del mandatario, y casos de lavado de dinero vinculados al exvicepresidente Tareck El Aissami, actual ministro de industrias y acusado en Estados Unidos de narcotráfico.
“Padrino y otros se echaron para atrás…”
Dijo además que en Venezuela opera Hezbolá, un movimiento chiíta considerado “grupo terrorista” por Washington, y que Cuba tiene fuerte influencia en el palacio presidencial en Caracas, con el expresidente Raúl Castro actuando como “asesor” de Maduro. “Me di cuenta de que Maduro es el jefe de una empresa criminal”, dijo Figuera, a quien Maduro llamó “topo” de la CIA. El Post dijo que sus afirmaciones no pudieron ser comprobadas de manera independiente.
Figuera también contó que el plan fracasó cuando se echaron para atrás el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, y el jefe del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno. Moreno, según el relato del Post, pedía 100 millones de dólares para sumarse al complot.