El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, firmó este martes un decreto que flexibiliza las reglas para la posesión, el porte y la comercialización de armas para tiradores deportivos, cazadores y coleccionistas.

Entre aplausos de ministros y representantes del lobby de la seguridad en el Congreso, el excapitán del Ejército rubricó en una ceremonia en el Palacio de Planalto un texto que, según sus detractores, podría abrir la puerta a la liberación del porte de armas en Brasil, uno de los países más violentos del mundo.

En enero, el mandatario de 64 años, que llegó al poder con su discurso a favor del armamento para la legítima defensa y de mano dura contra el crimen, ya firmó un controvertido decreto que flexibilizaba la tenencia de las armas en todo el país, cumpliendo así una de las principales promesas de campaña.

Bolsonaro ha manifestado en varias ocasiones su voluntad de facilitar el porte de armas. Pero debería hacerlo a través de cambios en la ley y contar con el respaldo del Congreso.

“Siempre lo he dicho, la seguridad pública empieza dentro de casa”, afirmó al presentar la medida Bolsonaro, famoso por su gesto de simular un arma con el pulgar y el índice. “Fuimos al límite de la ley, no pasamos por encima de la ley”.

El texto del decreto de este martes, que trata sobre la adquisición, registro, posesión, porte y comercialización, no fue aún divulgado, pero la Presidencia adelantó en un comunicado que permitirá que los tiradores deportivos, coleccionistas y cazadores, conocidos en Brasil como CAC, puedan transitar con el arma cargada y tengan derecho a adquirir hasta mil cartuchos anuales, en lugar de los 50 actuales, en función del calibre.

El decreto también levanta restricciones a la importación de armas para esos colectivos. Hasta ahora estaba prohibido importar si había modelos similares producidos en Brasil.

Para Caio Pizetta Torres, especialista en temas de seguridad de Control Risks, la medida abre la puerta para facilitar el porte de armas.

“Basta que un ciudadano común se afilie a un club de tiro y participe de entrenamientos para poder obtener el registro y, por consecuencia el derecho de transitar con armas cargadas, en el trayecto hasta el lugar de entreno. En la práctica, la verificación de esa exigencia es subjetiva y ofrece al portador de arma la posibilidad de siempre alegar estar en tránsito”, dijo a la AFP.

Según él, es de esperar que el número de registros se dispare en los próximos años.

Como en el decreto que firmó en enero, el mandatario insistió en que esta medida responde a una demanda de los brasileños en 2005.

Ese año, casi el 64% de los brasileños rechazó por referéndum una ley que pretendía establecer una prohibición total de la venta de armas.

Según datos divulgados por el diario O Globo, la concesión de licencias para los CAC aumentó un 879% entre 2014 y 2018, y en la actualidad hay 255.402 licencias activas en Brasil.