El gobierno de Venezuela distribuyó este lunes medicinas y alimentos en una zona fronteriza con Colombia, cuando Juan Guaidó, líder opositor reconocido como presidente interino por medio centenar de países, redobla su campaña para hacer entrar ayuda humanitaria estadounidense.

Medicamentos como analgésicos, antibióticos y antiinflamatorios, muchos en aguda escasez, eran repartidos gratuitamente en toldos blancos que protegían del sol a decenas de pacientes que hacían fila.

Al fondo se observaba la cisterna de una gandola de transporte de combustible y dos gigantescos contenedores de carga cruzados el miércoles pasado en la vía por militares venezolanos para cerrar el paso en el puente de Tienditas, que comunica las localidades de Cúcuta (Colombia) y Ureña (Venezuela).

En la zona había una fuerte presencia de efectivos de la Fuerza Armada y vehículos militares.

“Acá sí hay ayuda para la gente”, dijo a la AFP Libio Rodríguez, quien expresó su apoyo al gobierno de Nicolás Maduro, al considerar que los cargamentos de comida y medicinas enviados por Estados Unidos a Cúcuta por pedido de Guaidó no son más que un pretexto para una intervención militar.

“Estamos en contra de los gringos que nos quieren robar el país”, dijo Rodríguez, un delgado hombre de 66 años.

Unas personas aguardaban por medicinas. Otros esperaban por alimentos que el gobierno distribuye a precios subsidiados en zonas populares, bajo un programa llamado Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), que la oposición denuncia como un “mecanismo de control social”.

Maduro se niega a aceptar la ayuda internacional, al descartar que exista una crisis humanitaria pese a los estragos del colapso económico, con hiperinflación proyectada en 10.000.000% por el FMI para este año y escasez de toda clase de productos básicos.

El mandatario alega que la crisis se debe a las sanciones impuestas por Estados Unidos a Venezuela y la estatal petrolera PDVSA.

Para una coordinadora de los CLAP en Tienditas, donde residen -estima- unas 1.500 familias, “más que ayuda humanitaria” hace falta “el desbloqueo económico”.

El puente de Tienditas aún no ha sido inaugurado. Iba a estrenarse en 2016, pero el cierre temporal de la frontera común de 2.200 kilómetros -ordenado por Maduro a finales del 2015 y levantado meses después- retrasó su apertura.

Sin embargo, de acuerdo con reportes de prensa, iba a ser una de las vías para la entrada de ayuda humanitaria.

Guaidó, quien el 23 de enero se autojuramentó como presidente encargado después de que el Parlamento declarara a Maduro “usurpador” -denunciando que fue reelegido en votaciones fraudulentas-, llama a la Fuerza Armada a dejar pasar los cargamentos.

De negarse, los militares pasarían “una línea roja”, dijo el parlamentario opositor Miguel Pizarro.

“Mentira que hay medicamentos y comida”

A pocos kilómetros de Tienditas, en el paso peatonal entre Cúcuta y Ureña, Ramón Hernández cargaba sobre los hombros un pesado saco con envases de agua que compró en Colombia para revender en Venezuela.

“Acá hay muchos problemas”, se lamentó ante la AFP este comerciante informal de 58 años.

En Colombia los productos son muy costosos para el bolsillo de los venezolanos, con un ingreso mínimo equivalente a unos seis dólares, pero “la diferencia es que allá se consiguen y aquí no”.

Decenas de personas cruzaban el paso con mercancías colombianas en víspera de movilizaciones opositoras convocadas por Guaidó en todo el país para exigir que se permita la entrada de la ayuda acopiada en Colombia, Brasil y una isla del Caribe cuyo nombre no ha revelado.

Por todo ello, Ramón no ve con malos ojos la entrada de ayuda humanitaria: “Sería una gran mentira decir que aquí hay medicamentos y hay comida”.

Pero en un acto público este lunes en Ureña, Diosdado Cabello, presidente de la oficialista Asamblea Constituyente, que, en la práctica, ha asumido las funciones del Parlamento, reiteró la negativa del chavismo a permitir la entrada al país de medicinas y alimentos.

“¡Exigimos respeto a nuestra soberanía!”, clamó frente a sus seguidores.