Ecuador presentó el sábado un reclamo diplomático a Colombia por el manejo “precipitado” e “insensible” que le ha dado al proceso de identificación de tres cuerpos que serían del equipo de prensa ecuatoriano asesinado en cautiverio por rebeldes disidentes de FARC.

La cancillería envió una carta de protesta que recoge el malestar de los familiares de los dos periodistas y el conductor del diario El Comercio, ante la divulgación de datos parciales sobre la investigación forense que se lleva a cabo en la ciudad colombiana de Cali.

El jefe de la diplomacia ecuatoriana, José Valencia, también pidió sanciones contra quienes, “con su conducta precipitada e insensible, han causado adicional estrés psicológico a las familias de los periodistas ecuatorianos”, secuestrados el 26 de marzo en la frontera.

El enojo del gobierno ecuatoriano se originó en un tuit del Ministerio colombiano de Defensa difundido el viernes, en el que aseguró que ya había un “99%” de certeza de que los cadáveres corresponden al periodista Javier Ortega (32 años), el fotógrafo Paúl Rivas (45) y el conductor Efraín Segarra (60).

El ministerio lanzó la afirmación apoyado en el análisis de las cartas dentales.

Sin embargo, autoridades forenses desmintieron esa versión y aclararon que solo cuando termine el cotejo de las pruebas de ADN podrán confirmar la identidad de los cuerpos recuperados el jueves en Tumaco, en el lado colombiano de la frontera.

Este proceso podría tardar hasta 72 horas.

El viernes “se realizó la necropsia y lo primero que encontramos fue que hay una coincidencia en algunos elementos en la prendas de vestir que tenían las personas ecuatorianas en el momento del secuestro”, sostuvo Carlos Valdés, jefe de Medicina Legal, a W Radio.

Y si bien -agregó- “hay una coincidencia en las cartas dentales” estos “no son elementos de juicio científico que nos permitan tener una identidad”.

El gobierno de Colombia reaccionó “con sorpresa” frente al reclamo y aseguró que las comunicaciones entre ambos países comenzaron “antes que se conociera la noticia en medios de comunicación”.

“Será el Comité Internacional de la Cruz Roja el encargado de comunicarse con las familias, y a través de la Cruz Roja se darán a conocer los avances para el traslado de los cuerpos cuando así se requiera”, indicó la cancillería colombiana en un comunicado.

“88 días de tortura”

Los familiares que llegaron a Cali para acompañar el proceso de identificación, repudiaron la actuación de las autoridades colombianas.

“Rechazamos enfáticamente (…) que no exista respeto, sensibilidad y humanidad”, expresó a los medios Yadira Aguagallo, pareja de Rivas.

Y enfatizó que ya “son 88 días de tortura psicológica y emocional, de un trato irrespetuoso e indigno a estas familias”.

El equipo periodístico de El Comercio cayó en poder del grupo que dirige el exguerrillero Walther Arizala, conocido con el alias de Guacho, cuando realizaban un reportaje en la convulsa frontera donde opera el narcotráfico.

Los tres fueron asesinados en cautiverio en Colombia, según anunció el gobierno ecuatoriano el 13 de abril. Los captores pretendían la excarcelación de allegados a Guacho presos en Ecuador, a cambio de la liberación de los rehenes.

A lo largo de este tiempo los dos gobiernos han ofrecido información de manera descoordinada y contradictoria. Incluso Colombia negó en un principio que los ecuatorianos estuvieran en su territorio, donde finalmente fueron ejecutados.

Los cadáveres fueron localizados en una fosa rodeadas de minas, según el ministro de Defensa. Un cuarto cuerpo también fue hallado y correspondería al jefe de seguridad de Guacho.

“Apelamos a la sensibilidad de este país donde perdieron la vida nuestros seres amados, rechazamos todos esos intentos de quebrarnos psicológicamente”, agregó Aguagallo.

Fin de la incertidumbre

El viacrucis de los familiares podría terminar el lunes próximo, cuando los forenses en Cali prevén dar a conocer las conclusiones del análisis genético definitivo.

“Terminada la necropsia, la carta dental es totalmente insuficiente para otorgar la plena identidad de los cadáveres encontrados”, insistió Jairo Cadena, jefe local de Medicina Legal.

Una vez se compruebe su identidad, los cuerpos de Ortega, Rivas y Segarra serán repatriados a Ecuador.

A raíz de este crimen repudiado en todo el mundo, Colombia y Ecuador lanzaron una feroz cacería contra Guacho en ambos lados de la frontera.

Guacho es un exmando medio de la ya disuelta guerrilla FARC, que se apartó del acuerdo de paz que condujo al desarme de unos 7.000 combatientes en 2017.

De origen ecuatoriano, Guacho es acusado por el ejército colombiano de operar como brazo armado del cartel mexicano de Sinaloa y de tener también secuestrados a los ecuatorianos Óscar Villacís (24) y su compañera Katty Velasco (20).

Sin un mando unificado, los rebeldes disidentes operan en apartados puntos de Colombia donde disputan las rentas del narcotráfico y de la minería ilegal. Estos grupos estarían conformados por unos 1.200 combatientes.