El presidente del Senado de Brasil, Renan Calheiros, un aliado del presidente conservador Michel Temer, será juzgado por “peculado” (malversación de fondos públicos) ante el Supremo Tribunal Federal (STF), una decisión que el político dijo que asumía con “tranquilidad” al declararse inocente.

Con ocho votos a favor y tres en contra, el alto tribunal determinó este jueves que juzgará por un proceso abierto en 2007 al tercer hombre del Estado brasileño, del mismo partido de Temer, el PMDB, y que en los últimos días había tratado de aprobar leyes contra el poder judicial y los fiscales del escándalo de corrupción de Petrobras.

El político enfrenta una docena de investigaciones, varias de ellas ligadas a la red de sobornos de la petrolera estatal.

El caso que juzgará el STF se basa en una investigación de la fiscalía general sobre el origen de los recursos utilizados por Calheiros para pagar una pensión a la periodista Mónica Veloso, con la que tuvo una hija.

“Voto por recibir la denuncia por peculado (…) por existencia de indicios de materialidad y autoría”, dijo al leer su voto el ministro de la corte Edson Fachin, encargado de analizar el pedido.

El STF rechazó otros dos cargos presentados por la fiscalía: falsedad ideológica y uso de documentación apócrifa.

De acuerdo con una presentación realizada contra Calheiros por el partido PSOL (izquierda) ante el Consejo de Ética del Senado en 2007, citada por la fiscalía, entre 2004 y 2006 un intermediario de la constructora Mendes Júnior “supuestamente hacía pagos de 16.500 reales” (unos 7.800 dólares, al cambio promedio de 2006), para alquileres y alimentos de la mujer y la niña.

En medio del escándalo, que incluyó un desnudo de la periodista en la revista Playboy, Calheiros aseguró que los recursos provenían de fondos propios de su actividad rural.

“No hay pruebas, apenas suposiciones”

El presidente del Senado aseguró que recibió “con tranquilidad” la decisión judicial y que sigue “confiando en la justicia“.

“No hay pruebas contra el senador, ni siquiera probabilidades, apenas suposiciones”, destacó su asesoría de prensa en un comunicado, donde consideró que la investigación está llena de “fallas”.

La denuncia de la fiscalía detectó inconsistencias que demostrarían que el senador no disponía de los recursos alegados durante el periodo investigado y sostiene también que Calheiros “habría desviado, en provecho propio y ajeno, recursos públicos” para costear su actividad como funcionario de Estado.

Calheiros reafirmó que la instrucción “comprobará, como ya lo hizo, con documentos corroborados su inocencia” y destacó que los “servicios” fueron pagados en especie porque eso es “legal”.

En 2007, Calheiros logró escapar a un juicio de destitución, pero debió renunciar a la presidencia de la cámara alta.

Nueve años después, este hombre de 61 años, del estado nordestino de Alagoas, dirige nuevamente el Senado y tiene un papel central en la explosiva disputa que libran el Parlamento y el poder judicial por el caso Petrobras.

La noche del miércoles, el presidente del Senado trató infructuosamente de aprobar con un procedimiento de urgencia un paquete de polémicas medidas anticorrupción que acababa de aprobar la Cámara de Diputados, con un anexo que permite acusar a jueces y fiscales de abuso de autoridad.