Alrededor de 170 personas siguen desaparecidas tras el ataque perpetrado la semana pasada contra un tren que conectaba la capital de Nigeria, Abuya, con la ciudad de Kaduna (al norte), según informó este lunes el director de la Corporación de Ferrocarriles de Nigeria (NRC), Fider Okhiria. Los atacantes presuntamente usaron explosivos que colocaron en la vía ferroviaria para hacer descarrilar el tren, que había salido de Abuya y se dirigía a la ciudad de Kaduna (capital del estado homónimo), antes de acercarse a los vagones y disparar con armas de fuego.

Okhira señaló en un comunicado que 168 de los 362 pasajeros del tren continúan en paradero desconocido tras el ataque, que se saldó con al menos ocho muertos, según el balance oficial, reportó el diario nigeriano ‘Punch’.

“De los 362 pasajeros a bordo del tren (…) atacado el 28 de marzo, confirmamos que 186 están a salvo y en sus hogares”, señaló el director de la estatal Corporación de Ferrocarriles de Nigeria (NCR), Fidet Okhira, en un comunicado.

Asimismo, recalcó que un total de 51 teléfonos móviles aportados como datos de contacto “están apagados o no han sido localizables” desde el momento del ataque, mientras que otros 35 “dan tono, pero nadie responde”. “Otros 60 dan respuesta como inexistentes tras intentar localizarlos”, detalló.

Por otra parte, agradecieron a las fuerzas de seguridad “por todo el apoyo” e incidió en que “seguirá dando información al público sobre estos acontecimientos para evitar la información engañosa y las falsedades”. El servicio de tren entre Abuya y Kaduna quedó suspendido tras el ataque.

Crisis de violencia

El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, condenó el martes el “cruel” ataque contra el tren, considerado como un medio de transporte más seguro que las carreteras que llevan hacia este estado, sacudido desde hace años por los ataques de grupos yihadistas y bandas criminales que han incrementado sus operaciones en los últimos meses.

El ataque contra el tren tuvo lugar apenas unos días después de que un grupo de personas armadas irrumpieran en el aeropuerto de Kaduna, matando a una persona e impidiendo el despegue de un avión hacia Lagos, la capital económica del país africano.

Los ataques en Nigeria, anteriormente centrados en la zona noreste del país -donde operan Boko Haram y su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA)– se han extendido durante los últimos meses a otras zonas del norte y el noroeste, haciendo saltar las alarmas por la posible expansión de estas redes terroristas y criminales, muchas de las cuales viven del secuestro de estudiantes.