La Corte Penal Internacional (CPI) halló este lunes culpable al exlíder guerrillero congoleño Bosco Ntaganda de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad por abusos cometidos en 2002 y 2003 en Ituri, en el nordeste de la República Democrática del Congo (RDC).

“La sala considera a Bosco Ntaganda culpable de asesinatos, de haber dirigido de forma intencionada ataques contra civiles, de violaciones, de esclavitud sexual, de hostigamiento y de saqueos como crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad”, declaró el juez Robert Fremr en una vista celebrada en La Haya.

Conocido como “Terminator”, el propio Ntaganda ejecutó a un sacerdote y fue reconocido culpable de haber ordenado violaciones a mujeres y niñas, una de ellas de nueve años, añadió el juez, precisando que la pena iba a ser declarada en una próxima vista.

Ntaganda “cumplía una función militar muy importante y tenía un papel determinante para implementar un poderoso grupo armado para expulsar a la población local”, prosiguió.

“Teniendo en cuenta sus órdenes directas para matar a civiles”, el exlíder guerrillero “aprobaba el comportamiento criminal de sus soldados con su propio comportamiento”, agregó.

Durante el proceso, la acusación describió, mediante testimonios, el terrible panorama de los abusos cometidos bajo las órdenes de Ntaganda, como ejecuciones con machete y mujeres embarazadas destripadas.

Ntaganda, que apareció en el tribunal con bigote y traje oscuro, siempre aseguró que era un “revolucionario” y no un criminal, rechazando su apodo de “Terminator”.

Temido exgeneral del ejército congoleño, Ntaganda, de 45 años, fue declarado culpable de 13 crímenes de guerra y de cinco crímenes de lesa humanidad, por los que se había declarado no culpable en 2015.

Según varias ONG, más 60.000 personas murieron desde el inicio de la violencia en 1999 en Ituri, una región inestable y rica en minerales.

Bosco Ntaganda tuvo un papel central en la planificación de las operaciones de la Unión de Patriotas Congoleños y de su brazo armado, las Fuerzas Patrióticas para la Liberación del Congo (FPLC), reiteró en agosto la acusación en la última fase del juicio.

ARCHIVO | AFP
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Refugiado en la embajada de Estados Unidos

Nacido en Ruanda, donde formó parte del Frente Patriótico Ruandés (FPR), Ntaganda, originario de una familia tutsi, tenía fama de ser un líder carismático, con debilidad por los sombreros de vaquero y por la gastronomía.

General del ejército congoleño de 2007 a 2012, se convirtió luego en uno de los miembros fundadores del grupo rebelde M23, derrotado por las fuerzas del gobierno en 2013.

Finalmente Ntaganda tuvo que huir a Ruanda, y se refugió en la embajada de Estados Unidos en Kigali, desde donde pidió su traslado a la CPI,
una iniciativa inédita en la historia de la jurisdicción.

Bosco Ntaganda es uno de los cinco jefes de guerra congoleños que comparecen ante este tribunal, fundado en 2002 para juzgar las peores atrocidades cometidas en el mundo.