El Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC) acordaron, -en una histórica jornada en La Habana, Cuba-, un cese al fuego tras 50 años de enfrentamientos. En ese contexto, estamparon sus firmas en una hoja de ruta que detalla un plazo de 180 días para que luego de este paso se firme un pacto definitivo en Colombia que culmine con la entrega de las armas por parte de la guerrilla.

La jornada se desarrolló con la presencia de autoridades como el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon; el presidente colombiano, Juan Manuel Santos; y la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien arribó a la isla durante las últimas horas.

El presidente del país anfitrión, Raúl Castro, expresó que el cese al fuego “no tiene vuelta” y que el proceso de paz “es una realidad”. Ban Ki-moon, en tanto, sostuvo que tanto Colombia como las FARC deben centrar sus esperanzas en los acuerdos alcanzados.

Por su parte, el jefe supremo de las FARC, Timoleón Jiménez (Timochenko), reiteró en todo minuto estar a favor de los pasos que se seguirán y que la organización que lidera actuará eficientemente en favor de los avances.

“Hoy es un día histórico para nuestro país: después de más de 50 años entre muertes, atentados y dolor hemos puesto un punto final al conflicto armado con las FARC (…). El acuerdo final lo firmaremos en Colombia”, dijo el presidente Santos recordando que este conflicto dejó un saldo de 260 mil muertos, 45 mil desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.

La ceremonia se realizó en el salón “El Laguito”, donde los garantes de Cuba y Noruega, Rodolfo Benítez y Dag Nylander, leyeron los pasos a seguir.

Destrucción del armamento

Durante esta histórica jornada se precisó que será la ONU la encargada de recibir el armamento de la guerrilla. Su responsabilidad será velar para que éste sea destruido en su totalidad.

En ese línea, se subrayó que una pequeña parte del arsenal será utilizado para la construcción de monumentos.

Además, las Fuerzas Armadas de Colombia, observadores internacionales y la Confederación de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) tendrán la misión de supervisar la correcta realización de este proceso.

Reintegración de los guerrilleros

Uno de los puntos más importantes del acuerdo es la aceptación de ambas partes del mecanismo de validación del pacto final de paz.

En el documento firmado, los negociadores llegaron a un consenso en tres puntos: “cese al fuego, hostilidades bilaterales y dejación de armas”, “garantías de seguridad y lucha contra las organizaciones criminales que amenacen la implementación de los acuerdos” y “la construcción de la paz y refrendación”.

Para esto, decidieron establecer 23 zonas de concentración de guerrilleros para su progresiva reintegración a la vida civil, a la cual se incorporarán “sin armas y de civil”. Estas zonas “no pueden ser utilizadas para manifestaciones de carácter político”, especificaron.