El 25 de agosto del 2015 será un día que el portero uruguayo, Alexis Viera, jamás olvidará.
En aquel entonces defendía los colores del América de Cali y sufrió un asalto que truncó su carrera profesional. Mientras estaba junto a su esposa, fue asaltado en la puerta de su casa y recibió una herida de bala cerca de su columna vertebral.
En primera instancia, los médicos informaron que el ‘Pulpo’ tenía mínimas posibilidades de volver a caminar , pasó tres días en coma y cuando despertó recibió las terribles noticias.
Sin embargo, el portero -que registra pasos por equipos como Nacional, Peñarol y Ñublense- no decayó en su intento por recuperarse y a las semanas pudo volver a mover el dedo gordo del pie.
En medio de su recuperación, desde un canal televisivo colombiano organizaron un encuentro inédito. Viera tendría la posibilidad de verse cara a cara con Anderson Lozano, condenado por ser el autor de los disparos.
En la cárcel de Buga, ubicada en el Valle del Cauca ,se concretó el encuentro. Viera no se vio enojado en ningún momento, escuchó a su agresor, le recalcó que no guardaba rencor y lo perdonó.
En conversación con Infobae, Viera señaló que “En ese primer encuentro le ofrecí trabajo”. Se trataba de una academia de fútbol para niños de bajos recursos.
“Le ofrecí ser profesor de la escuela de fútbol porque a él le gusta el deporte y no tuvo la oportunidad de poder jugar. Sería un buen ejemplo de que con su historia pueda ser el referente de los muchachos y marcarles el camino que hay que tomar”, relató Viera.
Pese a que el uruguayo quedó con secuelas y debe movilizarse con un bastón reconoce que está fuerte en la parte mental y a su agresor solo le envía buenos deseos.
“Todo depende de él. Yo hice lo que tenía que hacer. La vida da oportunidades y si quiere tomar la decisión correcta será bienvenido, pero si no cambia de opinión esa persona tiene dos destinos: o termina preso de nuevo, o muerto”, concluyó.
