Esta semana, el cantante colombiano Camilo Echeverry comentó en el programa La Resistencia detalles sobre su hija Índigo, así como también lo mucho que admira a su esposa. Fue entonces que el músico reveló que Evaluna consumió su placenta después del parto.

La voz de Vida de Rico hablaba de diferentes temas sobre su pequeña hija, a lo que, tras haber bromeado respecto al meconio, la primera deposición de un bebé, uno de los presentes en el programa comenta que existen mujeres que consumen su placenta.

“Sí, a mi esposa se la encapsularon y se la comió”, aseguró el cantante, sorprendiendo a sus entrevistadores.

Según recogió El Clarín, el artista continuó con su relato mostrando su admiración por su esposa. “El hecho de que Eva tomara la decisión de parir naturalmente, sin ni siquiera una aspirina… Es importantísimo”, comentó.

“Como papá, yo decía: ‘¿No será mejor en un hospital, que tiene todo lo que se necesita? Por si acaso…’. Pero mi esposa me respondía: ‘¿Por qué no te quedas tranquilo y no lo asumes como algo maravilloso, sin pensar todos temores? Todo va a salir bárbaro”, recordó.

Tras caso de Evaluna: Los beneficios de consumir la placenta

Tras sus dichos, a muchos les nació una duda respecto a la anécdota de Echeverry: ¿Qué beneficios traería consumir la placenta?

“La placenta es un órgano que tiene muchas vitaminas. Entonces esas vitaminas que se utilizaron para alimentar al bebé en el útero se consumen”, comenta a BiobioChile la presidenta de Maternas chile, la matrona Paula Días, quien también es experta en medicina placentaria.

“Aun así, no todas se pueden consumir”, asegura. “Tienen que ser embarazos sanos, que no tengan patologías, que no se haya consumido medicamentos importantes en el embarazo y que no se haya consumido drogas en el embarazo”, asegura.

Respecto a los beneficios, la matrona asegura que todo se enfoca en las vitaminas y minerales que posee el órgano, destacando el hierro y la vitamina K, conocida por lograr coagular la sangre.

“Entonces, al consumirla se puede disminuir el sangrado posparto y también mejora la anemia que se sufre tras el parto. También, como tiene hormonas, facilita la lactancia: la favorece aumentando la producción”, explica.

Asimismo, asegura que esta tiene “opiáceos que dan una sensación de bienestar, es como tomar un complejo vitamínico, entonces te sientes mejor”.

“Hay estudios de España del año 2017 donde se estudió los componentes en sangre de la gente que consumía cápsulas de placenta posterior del parto y efectivamente había mejores niveles en estos minerales”, comenta.

También recuerda que desde 2017 “hay una norma ministerial que autoriza la entrega de las placentas en hospitales y clínicas, siempre y cuando se cuente con exámenes normales“.

La profesional asegura que existen diferentes formas de consumir la placenta, asegurando que una de las más populares es en cápsulas, donde la deshidratan.

“Esta práctica se ha ido popularizando en redes sociales”, asegura. “Ya se hace desde hace años, pero no era algo comentado. Hoy, con el manejo que hay en internet y de gente famosa que lo ha dado a conocer, se ha hecho algo popular”, comenta.

Quienes no recomiendan consumirla

De todos modos, también existen escépticos a la práctica. Así lo dejó en claro la gineco obstetra Jen Gunter en una columna del New York Times: “Un tratamiento nuevo basado en anécdotas sin una preparación ni un método estandarizado y seguro no es la respuesta. Sabemos tan poco sobre los efectos de comer la placenta que ni siquiera sabemos lo que no sabemos”.

En 2016 el ginecólogo Fernando Leal afirmó a BiobioChile, que no recomendaba consumir el órgano. “Es innecesario, porque los mismos nutrientes pueden obtenerse de alimentos altos en proteínas” como legumbres o frutos secos.

Asimismo, apuntó a que “la paciente ingiere hormonas propias del útero que no debería consumir”.

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Jueves 01 Enero, 1970 | 00:00

En 2018, las doctoras Cleofina Bosco y María Eugenia Díaz llegaron a la conclusión de que no existe base científica que demuestre los eventuales beneficios de consumir la placenta.

“Muy por el contrario, se pueden producir infecciones y/o intoxicaciones por metales pesados”, aseguraron en un artículo llamado “Placentophagy: a controversial trend” del International Journal of Research in Medical Sciences.

De acuerdo a lo que explicó Bosco a la Universidad de Chile, la placenta funciona como un filtro que limpia el flujo sanguíneo que va de la madre al feto, tal como “los filtros de agua que hay en las zonas rurales: a nadie se le ocurriría ir a rasparlos para comerse el contenido que ha quedado retenido”.