La actriz estadounidense sorprendió al mundo cinematográfico con su talento y belleza. En 1956, la ganadora del premio Óscar se convirtió en princesa de Mónaco.
En la época dorada de Hollywood se rodaron exitosas producciones aclamadas por la crítica. También, numerosos talentos saltaron a la fama y se convirtieron en íconos como Marilyn Monroe, Marlon Brando, Audrey Hepburn y talentosa Grace Kelly.
Una de las figura más recordada de aquellos años fue precisamente esta última. A su corta edad, Grace Kelly se consagró como actriz y obtuvo un exitoso paso por el cine, pero el amor la llevó a convertirse en princesa de Mónaco y vivir un verdadero cuento de hadas.
Grace nació en el seno de una familia acomodada de Filadelfia, Estados Unidos. Su padre, Jack Kelly, fue un ex-atleta y dueño de una fabrica de ladrillos con la que amasó una gran fortuna y dio una buena calidad de vida a su esposa, Margaret Majer, y sus cuatro hijos.
Al cumplir los 18 años, la joven tomó la decisión de estudiar Interpretación en la Academia Americana de Arte Dramático de Nueva York. Sus padres eran tan sobre protectores que dejaron ir a Grace con la condición que se alojara en el Hotel Barbizon, un lugar exclusivo para mujeres de la alta sociedad.
En la gran ciudad, la joven comenzó a ganar dinero como modelo de pasarela y grabando comerciales para televisión. También participó en numerosas obras de teatro y recibió buenas críticas por su trabajo en Broadway. Su primer película oficial fue Catorce horas (1951), una cinta que paso sin penas ni glorias.
Una joven estrella de Hollywood
A los 22 años recibió una oportunidad en Hollywood que cambio su vida para siempre, participar en la película High Noon (Solo ante el peligro, 1952) junto al actor Gary Cooper, con quien tuvo un corto romance.
Aquel papel la catapultó al estrellato, su impactante belleza la convirtieron en la actriz predilecta de los grandes directores de cine. Para su corta edad, comenzó a protagonizar exitosas cintas como Mogambo (1953), La llamada fatal (1954) y La ventana indiscreta (1954).
Según un reportaje del medio británico BBC, la carrera de Kelly estuvo marcada por las relaciones amorosas con sus co-estrellas y directores, que en la mayoría eran hombres casados y de una avanzada edad como Clark Gable, Fred Zinnemann, Ray Milland e incluso Frank Sinatra.
“El problema de la fascinación de Grace con los hombres mayores es que muchos de ellos estaban casados. Pero es muy puritano de nuestra parte, ver su carrera solo como película, cama, película, cama. De hecho estamos viendo el desarrollo de un talento extraordinario, y el hecho de que haya amoríos de por medio creo que puede ser algo que contribuyó a que madurara”, comentó Robert Lacey, biógrafo y autor del libro Grace, en el documental de la BBC.
La musa del legendario director Alfred Hitchcock consagró su paso por Hollywood con la película La angustia de vivir (1953), que la hizo merecedora del premio Óscar a la mejor actriz.
“La emoción de este momento me impide expresar lo que siento realmente. Solo puede dar las gracias con todo mi corazón a todos los que hicieron esto posible”, fueron las palabras de agradecimiento de interprete cuando recibió el prestigiosos galardón.
De actriz a princesa de Mónaco
Con Hollywood a sus pies, la mítica actriz de 26 años ganó fama internacional y se convirtió en un ícono de belleza y elegancia. Pero, la vida de Grace experimentó un profundo cambio cuando en 1955, durante un viaje al Festival de Cannes, conoció al que sería su futuro esposo, el príncipe Rainiero III de Mónaco.
“Las personas que los acompañaron aseguraron que había estallado una chispa entre los dos, que había pasado algo. El príncipe pareció sentirse muy atraído por ella y lo había impresionado”, mencionó el biógrafo James Spada, en un documental del canal The Biography Channel.
Tras ser invitada por el monarca a una sesión de fotos en el Principado, el amor surgió entre ambos y poco después de 13 meses se casaron.
Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas para la pareja. Para algunos integrantes de la familias real no era bien visto la unión entre de un príncipe europeo y una plebeya norteamericana.
Kelly tuvo que atravesar diferentes obstáculos para ser aceptada por la realeza de Mónaco. Entre ellos, tuvo que renunciar a su exitosa carrera cinematográfica, comprobar su virginidad y su padre debió pagar un dote -bienes y/o dinero que la mujer aporta al matrimonio- de dos millones de dólares para que se realizara la boda.
Pese a todo, Grace obtuvo el título nobiliario de princesa de Mónaco y de su unión con el monarca nacieron sus hijos Carolina, Alberto y Estefanía.
La vida de Grace en la Monarquía
La figura de la actriz revitalizó el decadente Principado de Mónaco. Con su arribo, el pequeño estado desarrolló un fuerte turismo de lujo y la llegada de grandes inversionistas.
Por su parte, Grace Kelly no quiso mantenerse al margen y dedicó su tiempo a realizar labores benéficas. Ella convirtió a la Cruz Roja de Mónaco en la más generosa del mundo, creo una fundación que apoyó a los artista emergente y promovió la cultura y el arte en el Principado a través de diferentes iniciativas.
No obstante, a lo largo de su vida en la realeza, la princesa tuvo que atravesar rumores de quiebres en su relación. También tuvo que lidiar con las polémicas protagonizadas por sus hijos, especialmente de la princesa Estefanía.
De acuerdo con Vogue, en la última entrevista que realizó Grace Kelly, confesó: “Cuando estaba en Hollywood todavía tenía algo de vida privada, cuando me casé mi vida se transformó en pública. Ese ha sido un gran ajuste que tuve que hacer”.
La muerte de la princesa de Hollywood
En 1981 los príncipes Rainiero y Grace de Mónaco cumplieron 25 años de matrimonio. Su relación era estable y junto a sus hijos celebraron sus bodas de plata, pero meses después la salud de la gran dama de Mónaco comenzó a empeorar debido a fuerte dolores de cabeza, reveló el documentan de la BBC.
La mañana del 13 de septiembre de 1982, la princesa Grace viajó junto a su hija Estefanía desde su casa de campo hasta el palacio en su vehículo particular. En su camino, atravesó una peligrosa curva en la que perdió el control del automóvil y cayó a una distancia de 36 metros.
Su hija salió ilesa, pero Kelly tuvo que ser traslada de urgencia hasta el hospital debido a una herida cerebral masiva. Ese mismo día, al caer la noche, se confirmó la muerte de la princesa Grace de Mónaco a los 52 años.
Su velatorio se extendió por tres largos días en la Capilla del Palacio Real y a su funeral asistieron familiares, diferentes jefes de estado e incluso la princesa Diana de Gales. Sus restos fueron enterrados en la Catedral de San Nicolás en Mónaco.
Así terminó la vida de una de las grandes estrellas de Hollywood, pero su talento como actriz y legado como princesa han permanecido vigente durante varios años.
