Del WIFI al chaleco antibalas: inventos que probablemente no sabías que fueron creados por mujeres

Créditos: Archivo

Lunes 08 marzo de 2021 | Publicado a las 08:07 · Actualizado a las 08:08

visitas
visitas

Durante siglos, las mujeres han tenido que luchar por un espacio dentro de la sociedad, por el respeto entre sus pares y por la igualdad entre todos. Hoy en día parece irreal que por años ellas no pudieran estudiar en las mismas instituciones que los hombres, no tuviesen derecho a voto y que la sociedad esperara que se dedicaran simplemente a las tareas del hogar y los hijos.

Sin embargo, a través de la historia se alzaron figuras femeninas que no sólo lucharon por lo que creían sino que demostraron que las mujeres son capaces de todo.

¿Sabías, por ejemplo, que el WIFI fue creado por una actriz en los años 40? Ese avance tecnológico que cambió la vida de muchos y que hoy más que nunca se ha vuelto fundamental para el día a día, fue desarrollado nada menos que por Hedwig Eva Maria Kiesler, conocida en Hollywood por su nombre artístico Hedy Lamarr.

Hedy Lamarr

Esta austriaca nacida en 1914 no sólo protagonizó el primer desnudo integral de la historia del cine, sino que también era una brillante inventora.

Considerada una niña superdotada en su infancia, ingresó a estudiar ingeniería a temprana edad, pero dejó los libros por el escenario, donde también dejó una huella. De hecho su desnudo en Éxtasis, del director checo Gustav Machatý, fue tachado de escándalo sexual, censurado y condenado, incluso por el Vaticano.

Tras el escándalo, los padres de la joven hicieron caso omiso de sus deseos y la obligaron a casarse con el magnate de la industria armamentística Fritz Mandl, que era bastante mayor que ella.

El hombre vivía con celos enfermizos e incluso la obligaba a desnudarse y bañarse sólo si él estaba presente. Aburrida de su asfixiante matrimonio y su vida de lujos, retomó su carrera de ingeniera y aprovechó las reuniones de Mandl con Mussolini y Hitler para enterarse de la tecnología armamentística nazi.

Un día decidió buscar su libertad y planeó todo un escape de su marido. Sedó a su asistente, se vistió como ella y salió por la ventana de un restaurante. La mujer viajó a París y luego a Estados Unidos, donde finalmente volvió a la actuación, gracias a lo cual pudo separarse de su marido.

Con información que había recopilado de los líderes totalitarios, ofreció sus servicios al Gobierno de Estados Unidos. “Ubicada en el departamento de tecnología militar, Hedy se dio cuenta de que las señales de radio que guiaban a los torpedos de la armada norteamericana eran muy fáciles de interceptar. Fue entonces cuando elaboró junto con su amigo, el compositor George Antheil, un sistema de detección de torpedos teledirigidos. Inspirado en un principio musical, este funcionaba con 88 frecuencias, las equivalentes a las teclas del piano, y era capaz de hacer saltar señales de transmisión entre las del espectro magnético”, explicó National Geographic.

Su creación no fue considerada hasta la crisis de los misiles cubanos en 1962 y su tecnología se usó para interceptar las comunicaciones y el control de los torpedos.

Por supuesto, ella no es la única inventora que ha destacado en la historia y a continuación te contamos la historia de otras de mujeres destacadas:

Katharine Blodgett – Cristales anti reflectantes

Katharine desde pequeña sobresalió en física, química y matemáticas. A los pocos años de vida, fue matriculada en la Escuela Rayson, una institución privada de Nueva York, en la que recibió la misma educación que los varones de su edad, algo poco común a principios del siglo XX.

La joven resolvía problemas de manera creativa, por lo que con sólo 15 años ganó una beca para la Universidad Bryn Mawr (Pensilvania), donde se graduó en Física (1917), y un año más tarde ingresó a estudiar Química en la Universidad de Chicago. Tiempo después se convirtió en la primera mujer en conseguir un doctorado en Física por la Universidad de Cambridge.

Fue así como ganó un puesto en la fábrica de General Electric, empresa donde su padre había trabajado como abogado y quien había sido asesinado un mes antes del nacimiento de ella.

Junto al químico y físico Irving Langmuir, quien había trabajado con su papá, experimentaron con recubrimientos moleculares aplicados al agua, a los metales y al vidrio.

Según BBC, más tarde ella “creó recubrimientos no reflexivos de múltiples capas de vidrio. Eso llevó a que produjera el primer vidrio 100% transparente del mundo o, el primer vidrio verdaderamente invisible”.

“El vidrio no reflexivo eliminó la distorsión de la luz que se reflejaba en una gran variedad de equipos ópticos incluyendo lentes de sol, telescopios, microscopios, cámaras y proyectores”, destaca
el Salón de la Fama de Inventores de Estados Unidos.

Smithsonian Institution

Ángela Ruiz Robles – Libro mecánico

Es sin duda una de las inventoras más adelantadas en la historia española, a pesar que pocos conocen su nombre. Esta maestra dedicó su vida a aplicar la tecnología en pro a la educación y facilitar la enseñanza y aprendizaje.

Preocupada por el peso que llevaban los niños en sus espaldas al colegio, la mujer “creó un dispositivo al que se podían añadir lecciones mediante bobinas de papel e incluso incorporaba, en la parte de atrás, un dispositivo con el que se podían realizar operaciones y otras cosas”, afirmó el portal de tecnología Xataca.

Básicamente, este es el primer libro mecánico de la historia, y que surgió 20 años antes que se crearan los libros electrónicos en 1971, que hoy son tan populares.

Nat Geo

Mary Anderson – limpiaparabrisas

A principios de siglo XX, mientras Mary Anderson viajaba en un día de nieve en un tranvía por Nueva York, se le ocurrió la idea de un aparato automático que limpiara las ventanas y que permitiera al chofer poder observar el camino.

La mujer se dio cuenta que, a pesar del frío clima, los conductores debían detener el tren y bajarse a limpiar las ventanas para poder mirar. Fue así como pensó en una palanca que controlara un brazo mecánico con una escobilla de goma para cumplir esa labor.

“La palanca, con un contrapeso para mantener el brazo limpiador en contacto con la ventana, podía mover la escobilla a través del parabrisas para así eliminar la lluvia o la nieve”, explican en el Salón de la Fama de los Inventores de Estados Unidos.

Anderson estuvo casi dos años tratando de decidir si registrar o no la patente, ya que recibía reiteradas advertencias sobre un posible riesgo de accidentes producto de su invento.

Sin embargo, optó por hacerlo sin ceñirse a la medida de la época que obligaba a las mujeres a registrar sus creaciones a nombre de sus maridos, padres o hermanos, y por ello no recibió el reconocimiento que merecía hasta mucho tiempo después.

En 1903 su creación fue patentada y en 1916 ya todos los vehículos contaban con uno.

Salón de la Fama de los Inventores

Stephanie Kwolek – Chaleco antibalas

La doctora en química Stephanie Kwolek fue quien inventó el Kevlar, un material ligero, de alta resistencia, cinco veces más fuerte que el acero y componente imprescindible de los chalecos antibala.

Curiosamente la mujer creó el Kevlar de manera accidental cuando en 1966 trataba de perfeccionar la fibra para los neumáticos de los automóviles.

“Sabía que había hecho un descubrimiento. No grité ‘Eureka’ pero estaba muy emocionada, al igual que todo el laboratorio, y la dirección también estaba emocionada porque estábamos ante algo nuevo y diferente”, aseguró años más tarde en una entrevista.

TIME

Tabitha Babbitt – Sierra circular

La tejedora Tabitha Babbitt creó el prototipo de una sierra circular luego de observar a un hombre en un aserradero que operaba una máquina con dos asas. Ésta requería que se tirara de ella hacia atrás y hacia adelante con gran esfuerzo.

La mujer, miembro de la comunidad Shaker en Harvard, Massachusetts, pensó que esto era una pérdida de tiempo y energía, por lo que en 1810 patentó la sierra circular, utilizada en la industria de los aserraderos.

Tabitha Babbitt

Martha Coston – Bengalas de señales marítimas

Quizá su nombre no te indique nada, pero seguro que su invento lo has visto en más de una oportunidad, ya sea en películas, series o la vida real. Patentado en 1859, hasta el día de hoy es utilizado en embarcaciones de distintas latitudes del orbe. Hablamos de las bengalas de señales marítimas.

Con solo 16 años escapó con Benjamín Franklin Coston, casándose y tomando su apellido. Su pareja, un inventor por excelencia, antes de morir a temprana edad dejó estudios avanzados de química y pirotecnia. Luego de más de 10 años de intentos, y una complicada vida debido a la frágil situación financiera por la que atravesaba, Martha consigue dar con los resultados que deseaba y logra que su bengala contuviera diversos colores blanco, rojo y azul, los cuales permitía la comunicación entre embarcaciones durante la noche.

Al año siguiente, Coston consigue una patente en Estados Unidos y comienza la fabricación masiva de su invento que comenzó a comercializar. Pero llegaría el golpe de gracia. Tras una recomendación de un capitán de la Marina logra vender 300 bengalas a esta institución, recibiendo posteriormente un pedido de 6 mil dólares.

Su éxito en Estados Unidos le permitió dar el salto a Europa, donde consiguió patente en las principales potencias. Luego de 6 años vuelve a Estados Unidos, vendiendo su patente a la Marina a cambio de 20 mil dólares.

Martha Coston
Ver los comentarios

Lo último