Una corte de Pensilvania le otorgó este miércoles por unanimidad al rapero Meek Mill un nuevo juicio en un caso de drogas y armas de su adolescencia que generó controversia sobre la corrupción policial y los prejuicios raciales.

Tres jueces rechazaron la condena del artista de 32 años, además de anular las sentencias de violación de libertad condicional que puso a Mill entre las rejas en 2017.

Su condena, calificada por activistas como inusualmente dura, se convirtió en un caso emblemático de los prejuicios racistas en la legislación de libertad condicional.

Mill fue liberado en abril de 2018 después de que un tribunal superior del estado lo pusiera en libertad bajo fianza.

El rapero, nacido en Filadelfia, se ha convertido desde entonces en un defensor de la reforma de la justicia penal en un país donde las personas negras están encarceladas a una tasa cinco veces mayor que la de los blancos, según la organización de derechos civiles NAACP.

Nacido con el nombre de Robert Rihmeek Williams Mill, Meek Mill fue criado por una madre soltera luego que su padre fuera asesinado. Fue encarcelado por cargos de posesión de armas y drogas en 2008, mucho antes de que alcanzara el estrellato. Mill se había mantenido en libertad condicional desde su condena.

Cuando la Corte Suprema del estado ordenó la libertad bajo fianza para Mill, citó “problemas de credibilidad” del oficial que fue el único testigo policial, lo que fue utilizado en parte por el tribunal de apelaciones para anular la condena.

Los fiscales ahora pueden optar por abandonar el caso, que se convirtió en un asunto emblemático en la conversación nacional sobre el trato que el sistema de justicia penal de Estados Unidos le da a los negros.

La decisión de la corte se produjo justo después de que Mill anunciara la creación de un nuevo sello discográfico, “Dream Chasers”, en asociación con Roc Nation, la compañía del peso pesado del hip hop, Jay-Z.