Superestrella de la televisión, fundador de un imperio, cruzado contra la comida rápida y artífice del “paellagate” que escandalizó a media España, el chef inglés Jamie Oliver vio este martes quebrar su cadena británica de restaurantes y mil de sus empleados despedidos.
A menos de una semana de cumplir los 44 años, Oliver anunció la quiebra de su grupo, que incluye las cadenas Barbecoa Steakhouse y Jamie’s Italian, lanzada en 2008 y presente en todas las grandes ciudades británicas.
“Me entristece enormemente lo que está pasando y querría dar las gracias a nuestros empleados y proveedores que desde hace más de diez años se entregan en cuerpo y alma a esta actividad”, afirmó en un comunicado.
Los 25 establecimientos del chef, que saltó a la fama en su país unos 20 años antes de hacerse mundialmente conocido, fueron puestos bajo administración judicial del gabinete KPMG. Inmediatamente después, este anunció que 22 de ellos fueron cerrados definitivamente.
I’m devastated that our much-loved UK restaurants have gone into administration. I am deeply saddened by this outcome and would like to thank all of the people who have put their hearts and souls into this business over the years. Jamie Oliver
— Jamie Oliver (@jamieoliver) May 21, 2019
“Lamentablemente, estos cierres resultarán en aproximadamente mil despidos”, de entre los 1.300 empleados del grupo, afirmó KPMG, precisando que los restaurantes de Oliver en el extranjero no se verán afectados. “Las condiciones de negocio en el sector de la restauración son más duras de lo que jamás había visto” en Reino Unido, dijo uno de los administradores del gabinete, Will Wright.
Este anuncio sacude a la opinión pública en Reino Unido, donde Oliver es toda una personalidad, conocido por haber publicado numerosos libros de cocina, que se vendieron en millones de ejemplares, y aparecido en incontables programas de televisión.
Gracias a su imagen de superestrella televisiva, Oliver había contribuido a mejorar la reputación de la gastronomía británica, pero según el sindicato Unite su negocio se perdió en una estrategia de “expansionismo demasiado rápido” construyendo un verdadero imperio gastronómico en un sector en que la competencia es brutal.
La paella con chorizo
Únicamente con la cadena Jamie’s Italian había llegado a tener 37 restaurantes en Reino Unido, pero en los últimos dos años se vio obligado a cerrar 12 de ellos, achacando sus dificultades financieras, entre otras cosas, al Brexit.
Debido a la depreciación de la libra esterlina desde el referéndum de junio de 2016 en que el país decidió abandonar la Unión Europea, se encarecieron los precios de los ingredientes utilizados para preparar sus platos italianos, había explicado.
Oliver tiene asimismo una popular cuenta en Twitter, conocida por sus recetas diarias, que en 2016 estuvo en el origen de un escándalo, apodado irónicamente como “paellagate”.
El chef ofreció una muy personal versión de la paella valenciana, presentada en un atípico recipiente hondo y cometiendo lo que muchos en España consideraron como la peor transgresión: agregarle chorizo.
“La paella de Jamie Oliver reúne a una España fracturada… contra él”, llegó a titular el diario británico The Guardian. “Dije que era mi versión”, se defendió el chef con cara de niño y amplia sonrisa. “Así que, es mi versión y la defiendo. Está buenísima”, sentenció.
Lo cierto es que con sus platos sencillos e inventivos, Oliver devolvió a los británicos, cuya cocina es a menudo denostada en el mundo, las ganas de ponerse a los fogones, al aparecer en la pequeña pantalla vestido con tejano y camiseta, sin utensilios complicados ni grandes dificultades técnicas.
Tras dar sus primeros pasos a los 19 años como pastelero en el restaurante del italiano Antonio Carluccio en Londres, pasó a otro establecimiento de comida italiana, el River Café, con una estrella Michelin, antes de que un canal de televisión le ofreciese su propio programa de cocina.
Invirtió una parte de su nueva fortuna en abrir un restaurante en Londres, Fifteen, que formaba a jóvenes de medios desfavorecidos y se lanzó en la defensa de una cocina sana y equilibrada en los comedores escolares británicos con una serie de telerrealidad “Jamie’s School Dinners”.