Meghan Markle será madre por primera vez en los próximos meses y como ya te hemos contado en otras ocasiones, tanto ella como su hijo deberán seguir una serie de reglas protocolares. Una de ellas será conseguir a la niñera perfecta para que los ayude con el cuidado de este nuevo bebé real.

Las niñeras han estado presentes en la vida de la familia real británica desde hace siglos y algunas han tenido un rol muy importante para muchos de sus integrantes. Por ejemplo, el príncipe Carlos y la princesa Anna fueron criados por Helen Lightbody, una mujer escocesa con un fuerte carácter que llegó incluso a asustar a la mismísima reina Isabel.

Debido a sus responsabilidades como princesa y posteriormente como Reina, Isabel II no dedicaba mucho tiempo a sus hijos, y era Lightbody quien se encargó de su educación desde que Carlos tenía meses de vida. Sin embargo, la institutriz era tan estricta que en una ocasión la monarca quiso compartir un postre especial con los niños, para acercarse a ellos, y la mujer lo prohibió.

Helen finalmente fue despedida por ser demasiado severa con los príncipes, aunque siempre fue recordada con cariño por Carlos y Anna, según consigna el diario New York Times.

Palacio de Buckingham
Palacio de Buckingham

Otra niñera que también tuvo una especial importancia en la vida de la familia real fue la institutriz a cargo del cuidado de los príncipes William y Harry: Olga Powell. Si bien la princesa Diana siempre estuvo involucrada en la rutina de sus hijos, Powell se convirtió en su mano derecha cada vez que ella necesitaba dejar a los niños por algún motivo.

La mujer de 52 años llegó al palacio de Kensington cundo William tenía seis meses y poco a poco se transformó en una figura severa pero adorada por los príncipes. De hecho, fue la primera a la que el heredero a la corona le contó que sus padres se iban a separar.

Aunque hubo varias otras niñeras en la vida de los niños (una de las cuales se rumoreó que tuvo un romance con Charles), Olga siempre estuvo al mando y lograba hacer escuchar su voz.

The Telegraph
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William quiso repetir su experiencia con sus propios hijos, por lo que eligieron a una estricta institutriz para George (5), Charlotte (3) y Louis (9 meses).

Se trata de la española María Teresa Turrión Borrallo (43), quien llegó a la vida de los duques de Cambridge tras el nacimiento de su primogénito y hoy ya es parte de la familia, incluso hay fotos de ella conversando animadamente con la reina Isabel.

 Archivo | Agence France-Presse
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Turrión estudió en la escuela inglesa para niñeras de alta sociedad, Norland, la que tiene más de 126 años de tradición y que ha provisto de innumerables institutrices a la realeza y a otras poderosas familias británicas.

En los tres años que dura la carrera, sus estudiantes se transforman en una fusión de Mary Poppins y James Bond, ya que además de aprender de educación y cuidado de niños, también se especializan en otras áreas como defensa personal.

Turrión, como todas las otras niñeras que han pasado por la familia real, debe seguir una serie de estrictas reglas por las cuales también son muy bien recompensadas.

Revisa a continuación algunas de ellas.

1. Dominar las artes marciales

Aunque tienen guardaespaldas cada hora del día, las niñeras son quienes más tiempo pasan con los niños y quienes más cerca están de ellos, por lo que tienen mayores posibilidades de poder defenderlos ante un ataque.

Y es que en los últimos meses han aparecido varias amenazas contra la familia real, una de ellas dirigida al príncipe George. De hecho un simpatizante del grupo terrorista ISIS fue detenido por conspirar para atacar al niño en su escuela a través de helados envenenados.

Debido a esto, las niñeras deben saber manejarse en taekwondo, karate y defensa personal, tal como lo hace María Teresa.

2. Ágiles conductoras

También por seguridad para los niños, las niñeras deben ser diestras conductoras y capaces de manejar en situaciones extremas, al más puro estilo de Rápido y furioso.

Entre sus habilidades se encuentra conducir adecuadamente en climas adversos, como con lluvia o nieve; así como ser ágiles para esquivar y perder a quienes los vayan siguiendo, especialmente los paparazzi.

3. Contar con destacados títulos universitarios

Ya que están a cargo de educar a miembros de la realeza y a futuras figuras públicas, es necesario que las niñeras cuenten con una alta preparación académica y varios títulos universitarios.

En Norland obtienen el título de bachiller en historia del arte validado por la Universidad de Gloucestershire, pero además toman cursos de psicología para comprender el desarrollo emocional y social de los niños, nutrición para cuidar su alimentación e incluso ciberseguridad.

4. Firmar Contrato de confidencialidad

Luego que la niñera de la reina Isabel, Marion Crawford, escribiera un libro sobre cómo ayudó a criarla a ella y a la princesa Margarita, la familia real comenzó tomar precauciones sobre el cuidado de su vida privada.

Para ello crearon estrictos contratos de confidencialidad que cada niñera debe firmar si quieren trabajar con ellos.

Además de prohibirles hablar sobre lo que ven o escuchan dentro del palacio, también se les niega la posibilidad de dar entrevistas, hablar con la prensa de cualquier forma y se les impulsa a no tener redes sociales, aunque antes de contratarlas se les investiga en profundidad, incluyendo en dichas plataformas.

5. Estar preparada para un secuestro

Todos los miembros de la familia real son entrenados para saber qué hacer si son secuestrados, incluso Meghan Markle fue adiestrada en este tema al unirse a la familia, para lo cual se le sometió a un rapto y rescate falsos.

Las niñeras también son preparadas para trabajar aún estando en los peores escenarios, donde se les recomienda crear una relación con el secuestrador y hacer lo posible por mantener la calma hasta que llegue la ayuda.

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5. Disponibilidad 24/7

Como todos los empleados, las niñeras reales tienen sus días libres y vacaciones, sin embargo, deben estar siempre disponibles por cualquier requerimiento, especialmente cuando los padres están de viaje.

Tal como María Teresa lo hizo, las niñeras suelen vivir en el mismo palacio y se les considera parte de la familia, razón por lo cual sus empleadores suelen preferir a las profesionales solteras y sin hijos.

Pero todo el sacrificio termina siendo lucrativo, ya que reciben al año algo así como 100 mil dólares, unos 65 millones de pesos chilenos.

6. Ser excelentes nadadoras

La familia real ama sus vacaciones y a pesar que aprenden a nadar siendo muy pequeños, las niñeras siempre deben estar atentas para evitar cualquier peligro.

Por ello una de las exigencias es que sean excelentes nadadoras entrenadas por salvavidas. Además deben conocer las normas y tener las destrezas para la efectiva vigilancia, protección y atención de los niños en el agua.

The Telegraph
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