La semana pasada Kate Middleton, el príncipe William y sus hijos George y Charlotte, visitaron Polonia y Alemania.

Como era de esperar en cada una de las apariciones públicas, fueron los niños quienes se robaron la atención de los medios de comunicación… y lo hicieron hasta el último día.

De hecho, la pequeña princesa de dos años volvió a acaparar las miradas en el aeropuerto de Hamburgo el viernes pasado, cuando estaban a punto de partir de regreso a Londres.

Antes de subir al avión privado, dieron un pequeño paseo por el aeropuerto donde pudieron disfrutar de los helicópteros. Fue en ese momento, en que la niña comenzó a frotar su cara y acto seguido empezó a hacer un berrinche.

De la mano de su mamá, la niña se tiró al piso y comenzó a llorar. Sin embargo, y como toda una experta, la duquesa de Cambridge habló con su hija y luego la tomó en brazos lo que calmó de inmediato a la pequeña.

Por su parte, George se portó como todo un caballero y sólo se dedicaba a mirar el berrinche de su hermana.

George tampoco está libre

Pero no sólo Charlotte ha tenido pataletas en público, pues durante la boda de Pippa Middleton, la célebre hermana de la Duquesa de Cambridge, el príncipe George también hizo de las suyas.

En la ocasión, George y su hermana cumplieron un importante rol, pues eran los pajes de la ceremonia. Sin embargo, poco antes de la entrada triunfal a la iglesia, en las afueras el pequeño George comenzó a hacer un berrinche, a la que Kate puso fin con un buen regaño (o “tate quieto”, como dirían en Chile).

En las imágenes captadas por la prensa británica, se observa a la duquesa hablándole enojada a su hijo, aparentemente exigiéndole que detenga el berrinche y no estropee el matrimonio de su tía Pippa.