En países como Chile, uno o incluso los dos bancos poseen filiales con cuotas de mercado superiores al 10%.

El Banco de España ensalzó este lunes la expansión del Banco Santander y el BBVA en América Latina, en especial en México y Brasil, una diversificación que ha permitido afrontar mejor las recientes crisis de 2008, 2012 y la relacionada con la pandemia de la covid-19.

Esta es la principal conclusión expuesta por la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, durante una intervención en un seminario virtual organizado por el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), en el que insistió en la gran relevancia de América Latina para el sistema bancario español.

La región es “claramente estratégica” para el Santander y BBVA por la presencia de estas dos entidades financieras españolas en las dos principales economías de la región: México y Brasil.

En el caso de México, los dos bancos concentran aproximadamente el 36% de los préstamos y depósitos; y en Brasil, el Santander posee el primer banco privado de capital extranjero por volumen de operaciones, con una cuota de mercado de en torno al 10%.

Además, la subgobernadora recordó que en Chile, Colombia, Perú, Argentina o Uruguay, uno o incluso los dos bancos poseen filiales con cuotas de mercado superiores al 10%.

El negocio de los bancos españoles en América Latina se ha convertido en una de sus fuentes principales de ingresos, así como un factor de estabilización de la cuenta de resultados del Santander y del BBVA, gracias a la diversificación que aporta su presencia en esta región.

Y esta diversificación, insistió Delgado, ha permitido afrontar mejor las perturbaciones que el sistema bancario español ha experimentado desde su expansión en la región, incluidas las recientes crisis de 2008, 2012 y la relacionada con la pandemia de la covid-19.

Riesgo del tipo de cambio

Apuntó también que el modelo de expansión elegido por los bancos españoles se ha basado principalmente en la compra de entidades locales, que se constituyen como filiales independientes y que cuentan con su propio consejo de administración.

Este modelo, que se suele denominar “multinacional descentralizado”, busca que cada filial tenga su propia autonomía financiera, tanto desde el punto de vista de capital como de liquidez, lo que limita el riesgo de contagio dentro del grupo, a la vez que impulsa el mayor conocimiento de los mercados locales.

Sin embargo, el tipo de cambio se convierte en un riesgo importante para la banca española por el significativo efecto que tiene en la aportación de beneficios al grupo.

“Este riesgo se ve muy impactado por las incertidumbres económicas y la confianza del mercado”, subrayó Delgado.

En todo caso, el balance de la expansión internacional en la región es, en general, “muy positivo”.