La economía ha sido uno de los ítems más afectados en el mundo por la crisis del coronavirus, impactando fuertemente al empleo: muchas empresas han tomado la determinación de aplicar despidos masivos y reducir sus gastos.

Joaquín Jiménez, managing director de The Bonding, comentó al respecto que “estamos enfrentando una crisis jamás antes vista, que requiere una constante evaluación para actuar de manera efectiva y, así, reducir las secuelas que puede dejar en el mercado laboral”.

Lo anterior significa afrontar uno de los mayores desafíos de la crisis para disminuir, lo más que se pueda, el impacto económico y social detrás del coronavirus.

Para el experto es importante preguntarse: ¿qué podemos tocar (financieramente hablando) antes de tocar los puestos de trabajo?”.

De acuerdo a una investigación realizada por la plataforma de estudios salariales Show Me The Money, -y difundida en un comunicado- empresas encuestadas en Colombia, Chile y Perú aseguran estar tomando medidas antes de acudir a los despidos masivos.

De las 2.518 participantes, el 51% ha decidido reducir el salario mensual de sus colaboradores en un porcentaje razonable y de manera consensuada, 14% ha cerrado las instalaciones instaurando vacaciones colectivas, 13% ha eliminado los incrementos salariales proyectados, 8% modificaron el esquema de pago de comisiones y 8% ha reducido su planilla en un porcentaje superior al 10%.

Pero, tomando el pulso del mercado laboral, ¿cuál es la mejor opción para las empresas para afrontar la crisis, sin verse perjudicadas ni perjudicar a sus colaboradores? José Antonio Gatica, general manager de Show Me The Money analizó agunas medidas, con su pro y contras.

1. Reducción del sueldo de los colaboradores en un porcentaje razonable y de manera consensuada

Lo positivo de esta medida es que las empresas están evitando en el corto plazo su quiebra, y por ende la generación de buenos empleos.

No obstante, corren el riesgo de destruir vínculos laborales valiosos y que, por esa razón, se presente desmotivación en los equipos de trabajo. Sin embargo, al ser la vía más viable en el contexto actual, sí se podría pensar en un beneficio post crisis que recompense al colaborador y le regrese la motivación.

2. Cerrar las instalaciones de las empresas para dar vacaciones colectivas

Pixabay
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Esta es una manera viable de manejar la crisis pues combina un beneficio obligatorio con momentos de baja productividad, asegurando mayor productividad en el retorno de la normalidad de las operaciones, con 100% de los recursos humanos activos.

Sin embargo, supone una desventaja para las compañías, pues asumir productividad 0 en el periodo puede no ser sostenible para muchas de ellas. Sería mucho más eficiente aplicar las vacaciones a quienes tienen periodos de descanso acumulados

3. Eliminar los incrementos salariales proyectados, o incluso acordados para 2020 y 2021

Aunque permite a la organización fijar los costos con salarios y revisar de forma más segura las estrategias para sostener el negocio en el futuro, posibilitando a las personas que atiendan sus costos mensuales sin que haya un impacto negativo percibido en la calidad y estilo de vida con que ya están acostumbrados, puede ser contraproducente en términos productivos.

Puede desmotivar el colaborador, limitando sus deseos de innovar y crear nuevas maneras de hacer negocios.

4. Modificar los esquemas de pago de comisiones e incentivos variables por desempeño

Pueden ser una buena medida enfocada en ofrecer a los colaboradores compartir los riesgos y acompañar la rentabilidad del negocio junto al esfuerzo de cada uno para enfrentar el momento.

Estamos hablando acá de 2 efectos: el primero en los ajustes a la periodicidad de pago y por el otro lado al cambio en el mix de compensación fijo y variable.

Sin embargo, la incertidumbre y la dificultad del momento, podrían hacer que la compensación basada en comisiones o variables agresivos, sean consideradas como alternativas no atractivas y poco motivacionales por el colaborador en esta etapa.

5. Reducción de la planilla en un porcentaje superior al 10%

Permite una reducción de costos alineado a la baja productividad del momento, posibilitando una mayor asistencia a los colaboradores más esenciales y a la mantención del negocio.

El desafío se centra en apoyar la desvinculación de manera responsable, por medio de canales digitales, transmitir seguridad a los que permanecen y planificar el regreso de las operaciones al 100%, lo que implica tener un número ideal de personas capacitadas.