Producto de la contingencia muchas librerías han tenido que cerrar mientras que otras están a punto de hacerlo. Frente a esto, recurren a opciones para continuar vendiendo pese a la emergencia sanitaria.

Es el caso de la librería Qué Leo, que implementó la venta a través de la aplicación de chat Whatsapp para intentar paliar los efectos de la cuarentena y la escasez de público en los locales.

El estallido social y ahora la cuarentena le ponen una tarea cuesta arriba a las librerías. “Esto es casi un golpe de gracia para muchos”, explica el dueño de la cooperativa de la librería Qué Leo, Juan Carlos Fau, según constata el Diario Financiero.

Desde el 14 de marzo que están funcionando con la venta por Whatsapp y los repartos a domicilio ya sea por particulares o a través de aplicaciones de transporte.

“Fue una opción para todos los asociados a la red. Se venía la ola de cerrar y el pánico de no tener caja te obliga a tomar medidas que tenías guardadas o que no habías tomado en serio porque seguíamos prefiriendo vender en el local”, lamenta Fau.

Cuenta que reciben pedidos hasta las 15:00 horas y durante la tarde se reparten. El stock en la página web está por cada local, contando a los 42 que se adhirieron a esta modalidad. De esos, 30 también trabajan con Pedidos Ya.

“No estamos vendiendo ni el 10% de la facturación real, pero es una manera de tener un poco de caja, y poder pagarle a los empleados, nos da un poco de vida”, complementa Juan Carlos Fau.

“Calculamos (en los 50 locales franquiciados), 700 millones de pérdidas totales por el estallido social. Al 15 de abril, con cierre total, esas pérdidas se triplicarán”, lamenta.