El quiebre es evidente. Por un lado está el socio fundador de “The Republic of Beauty”, Jaime Ben-Dov, que ostenta el 15% de la empresa; y por otro están los socios controladores, Jaime Sinay y Felipe Israel, que poseen el 85% restante.

Lo anterior, luego que la tienda de cosméticos y productos de belleza confirmara la quiebra de sus 20 locales en Chile -emplazados en malls entre las regiones de Antofagasta y La Araucanía- en los que trabajaban al menos 150 personas.

Pero la pugna comenzó antes. Sólo Sinay e Israel pideron la quiebra y Ben-Dov no participó de la decisión.

Según La Segunda, la división entre ellos es tal, que sólo se entienden mediante abogados. El fundador contrató los servicios de la oficina Vial Serrano y los mayoritarios optaron por el estudio Grasty, Quintana, Majlis.

El grupo Issis, cuyo nombre se debe a la combinación de apellidos de Israel y Sinay, arribó en 2016 a “The Republic of Beauty” con la idea de estrechar lazos con su cadena de peluquerías: Palumbo, que suman más de 55 locales en todo Chile.

Pero la idea no funcionó, pese a que la idea de vender los productos de belleza en Palumbo era clave para su sustentabilidad, considerando los altos costos fijos que representaban los arriendos en centros comerciales, cuyos pagos no estaban siendo cubiertos por las ventas.

En 2015 ya registraba 700 millones de pesos en pérdidas y actualmente se encumbran en 1.000 millones de pesos en deudas a sus proveedores, entre los que se encuentran Mall Plaza, Cencosud y fabricantes chilenos y extranjeros de productos de belleza.

Lamentablemente, la crisis se precipitó cuando le cortaron la luz a los locales: una acción que, de acuerdo al diario vespertino, los contros comerciales ejecutan tras dos meses impagos.

Tras ello, Issis pidió la quiebra el viernes sin el respaldo del socio fundador y sepultó así la cadena, la cual llegó a vender hasta 10 millones de dólares anuales.