Las desigualdades de género persisten en todos los aspectos de la vida social y económica, indicó el informe; y "las mujeres siguen dedicando una parte desproporcionada de su tiempo a tareas familiares y domésticas no remuneradas, lo que compromete su presencia en el mercado de trabajo, sobre todo cuando tienen hijos".

La riqueza por habitante de Chile puede aumentar un 10,5% en torno a 2060, con un crecimiento medio anual de 0,25 puntos, si se consigue anular la brecha de género entre hombres y mujeres en el mercado de trabajo, según la OCDE.

En un informe publicado este martes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) calcula que equiparar la tasa de actividad de las mujeres a la de los hombres y equiparar el número de horas que trabajan permitiría a Chile aumentar el producto interior bruto (PIB) ‘per cápita’ 0,25 puntos porcentuales al año.

Eso es más que la media de la organización, donde el potencial de aumento sería de 0,23 puntos porcentuales, que se traduciría en un 9,2% de riqueza adicional por habitante para 2060.

Los países en los que más se podría elevar la riqueza son aquellos en los que la brecha de género es más pronunciada y en este caso son, por orden, México (0,52 puntos porcentuales al año), Costa Rica (0,48), Turquía (0,43) y Colombia (0,41).

En Chile, las mujeres en 2021 trabajaban 4 horas menos a la semana que los hombres (eran 6,3 horas de diferencia en 2010), cuando la media de la OCDE se situaba en 5,3 horas (6,5 en 2010).

Por lo que respecta a la tasa de actividad femenina, es decir, el porcentaje de mujeres con empleo entre las que tenían edad de trabajar, era del 53,4% en el último trimestre de 2022, comparada con el 70,4% en el caso de los hombres.

En el conjunto de la OCDE, la tasa de actividad era del 66,7% para los hombres y del 76,6% para las mujeres.

Trabajo no remunerado

Los autores del informe constatan que las desigualdades de género persisten en todos los aspectos de la vida social y económica y que así, por ejemplo, “las mujeres siguen dedicando una parte desproporcionada de su tiempo a tareas familiares y domésticas no remuneradas, lo que compromete su presencia en el mercado de trabajo, sobre todo cuando tienen hijos”.

La consecuencia directa es que dedican de media en la OCDE 5,3 horas menos al trabajo remunerado que los hombres, con datos de 2021, y eso aunque esa diferencia se ha reducido en los últimos años (eran 6,5 horas en 2010).

La OCDE explica que, más allá de una tasa de empleo más débil y menos tiempo de trabajo remunerado, las mujeres sufren “una fuerte segregación” en el mercado laboral y una serie de “techos de cristal” que se traducen en menos remuneraciones durante la vida activa, pero también una vez que llega la jubilación.